La reciente victoria de la selección de Haití sobre Nicaragua (2 a 0) que le aseguró el pase al Mundial 2026, que se jugará en México, Estados Unidos y Canadá, se convirtió en un suceso histórico para el país. Se trata de la segunda participación en 50 años, después de Alemania 1974.
Para entender la dimensión del logro, el periodista haitiano Raymond François conversó con Sebastián Soso y Rodrigo Miró en el programa Río Extra Primera Mañana de Río 96.9, donde explicó que la alegría es intensa pero efímera debido a la grave crisis social.
“Estamos muy bien todavía con un poco de lo que se queda de la alegría que nos trajo esa victoria de Haití, pero usted sabe, como que no es por mucho tiempo porque ya estamos con los problemas de todos los días”, afirmó François.
El periodista comparó la clasificación actual con la de 1974, que fue “toda una gloria”. Pero destacó que esta generación, que no pudo ver a su selección en una Copa del Mundo, vive el momento con una emoción increíble, especialmente al ocurrir el 18 de noviembre, una fecha histórica que conmemora la última batalla por la liberación de Haití.
“No teníamos un campeonato aquí, y llegar a ver eso así en momentos tan difíciles de la selección… y ahí pan, cayó”, describió François sobre la euforia del pueblo.
Un logro desde el exilio: El estadio está tomado por pandillas
François reveló la dramática situación que vive el fútbol local, lo que da aún más valor al logro: la selección ni siquiera puede jugar de local en su propio país.
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El estadio nacional Silvio Cator está “cerrado a mano”, tomado por bandidos, y se encuentra abandonado, describió el periodista, pareciendo una “selva” o un “desierto”.
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El campeonato nacional no existe hace unos cinco o seis años porque los equipos de la capital no pueden ir a la provincia.
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La carretera número 2, que conecta el sur con el oeste, está “a mano de los bandidos” hace cuatro años, por lo que no pasa un solo vehículo.
El periodista reveló un dato clave: “Ninguno de los jugadores que lograron ganar ese paso al mundial está viviendo aquí en Haití”. Explicó que la mayoría son hijos de exiliados o de personas que decidieron vivir en el extranjero, por lo que incluso algunos “ni siquiera conocen el país y no hablan creol”.
François, un profesor de español de 64 años que reside cerca de Puerto Príncipe, concluyó la entrevista señalando que la realidad de Haití está atravesada por el abuso de los gobernantes, las pandillas, el narcotráfico y la pobreza, lamentando que la población no pueda disfrutar plenamente de este hito deportivo.
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