Calor igual helado, pareció ser siempre la ecuación. En los meses de temperaturas más altas, las heladerías de la ciudad suelen aumentar sus ventas pero la ola de calor que gobierna en Rosario durante este mes de enero generó, junto al avance de la variante Ómicron del coronavirus, una aparente disminución en la demanda.
La conjunción de estos dos factores, más la partida de muchos rosarinos a distintos puntos del país en estas semanas -lo que representa una merma en sus gastos de cara a los desembolsos posteriores-, hizo caer la venta de helados en comparación a enero de años anteriores.
“Para abajo, aunque parezca mentira”
Ciro Cacciabue, presidente de la Cámara del Helado Artesanal de Rosario, reveló en diálogo con RedBoing que la caída del consumo vino acompañada por “niveles de ausentismo cercanos al 60%”, debido a los contagios de COVID-19 y contactos estrechos en los trabajadores del rubro.
“Han cerrado algunas heladerías por falta de recursos humanos en estos últimos días. No pueden abrir, o en vez de hacerlo en dos turnos lo hacen en uno solo; y los proveedores tienen problemas de distribución por la cantidad de empleados aislados”, enumeró entre las problemáticas referidas a la pandemia.
Sin embargo, sumado al rebrote y los altos niveles de infección que detectó Rosario en las últimas semanas, la ola de calor redujo aún más la circulación. Según explicó Cacciabue, los comercios minoristas dependen en gran parte de la gente en las calles, y las heladerías no son la excepción.
De esta manera, lo que parecía ser una gran cuchara que serviría servir kilos y kilos de helado a los rosarinos, terminó dejando números negativos para las empresas. No obstante, la Capital Nacional promete recuperarse: el calor agobiante pasará, la pandemia también y “nos reencotraremos tomando el mejor helado del país”.
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