
La jueza Mindy Glazer, conocida en redes sociales por un emotivo episodio judicial ocurrido hace una década, fue la encargada de imponer una fianza de US$2.000 a los cinco argentinos detenidos en Miami por robar con la modalidad de mecheros en comercios del Dolphin Mall.
Sin embargo, el nombre de Glazer volvió a circular con fuerza no sólo por la causa reciente, sino también porque muchos recordaron el caso que la convirtió en una figura viral: el reencuentro inesperado con Arthur Booth, un amigo de la secundaria a quien debió juzgar por robo.
En aquella audiencia —que recorrió el mundo— la magistrada reconoció al detenido apenas terminó el juicio. Se acercó y lo interpeló:
“Tengo una pregunta para usted: ¿Fuiste a la secundaria Nautilus?”
Booth, visiblemente conmocionado, sólo alcanzó a repetir “¡OMG!” mientras se quebraba en llanto. Glazer asentía, también afectada por la situación, hasta que expresó:
“Lamento verte aquí, siempre me pregunté qué había pasado contigo.”
Luego, dirigiéndose a la sala, relató emocionada:
“Este era el chico más agradable de la secundaria. Era el mejor chico de la secundaria. Jugábamos al fútbol juntos.”
Antes de concluir la instancia, la jueza le dedicó unas palabras que reforzaron el carácter humano de la escena:
“Lo siento mucho. Espero que puedas salir bien de esto y llevar una vida legal.”
Tras cumplir su condena, Booth recuperó la libertad y la propia Glazer estuvo presente para recibirlo junto a su familia. Aquel reencuentro selló una historia que miles interpretaron como ejemplo de segundas oportunidades.
“Ella es una inspiración y motivación para mí. Es una nueva oportunidad”, dijo él en aquel momento.
La reincidencia y un final más oscuro
Pese a ese gesto que conmovió al mundo, Booth volvió a ser arrestado en agosto de 2024. Esta vez, el delito involucró a un hombre de 85 años. Según la investigación, se hizo pasar por plomero, le arrancó la cadena de oro que llevaba puesta y escapó corriendo.
Aunque no ejerció violencia física directa, el ataque fue considerado grave debido a la vulnerabilidad de la víctima.
En este nuevo caso, Booth compareció ante otro juez y enfrentó cargos por robo, agresión y otros delitos. Se le negó la libertad bajo fianza.
Mientras tanto, Glazer continúa con su actividad judicial, ahora nuevamente en el foco público debido a su intervención en el caso de los cinco argentinos detenidos por hurtos en Miami.
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