
La detención de Luis Herrera conmocionó este martes al barrio Alberdi. En un allanamiento que duró varias horas, el financista que llegó a ser uno de los top de la city rosarina fue llevado por personal de AIC a la cárcel, donde esperará hasta la audiencia imputativa del próximo jueves. El fiscal Miguel Moreno lo acusará por los delitos de estafa, administración fraudulenta, asociación ilícita y lavado. “La suma inicial de las denuncias sumaría unos 30 millones de dólares, aunque tal vez crezca porque muchos ahorristas que hasta ahora no se presentaron a la justicia ahora se animarán a hacerlo”, deslizó una fuente con acceso a la investigación en diálogo con este medio.
RedBoing pudo acceder a una de las denuncias que llevó al reconocido financista a la cárcel. En el documento se cuenta con lujo de detalles el proceso mediante el cual la financiera congeló el acceso a las cuentas comitentes de sus ahorristas en julio de 2021, para luego ir de a poco cortando vínculo con sus clientes con diferentes excusas. Durante una reunión en mayo de este año, Luis Herrera inclusive llegó a confesarle a los ahorristas que le reclamaban su dinero: “Tengo miedo de de ir preso”.
Para el doctor Jorge Ilharrescondo, que asumirá la defensa de Herrera, su cliente no incurrió en ningún delito sino que apenas tuvo un incumplimiento. El jueves 3, el asunto se dirimirá en la justicia.
El comienzo de los problemas
Las denuncias presentadas a la Unidad de Delitos Económicos del MPA de Rosario suman unas sesenta. Una de las personas que confió sus ahorros a Herrera plantea en el documento que tiene la justicia, respecto a la utilización de los fondos, que se había autorizado a la firma “Fernández Soljan S.A.” para operar con futuros y opciones en el mercado de Chicago. “Luis Herrera no podía, porque nunca formó parte de nuestra voluntad, realizar ninguna operación con el dinero depositado en la cuenta comitente que no fuera puntualmente en dicho mercado de futuros y opciones. Él no tenía, por decirlo en buen romance, piedra libre para timbear nuestros ahorros de toda la vida en las operaciones que le pareciera o tuviera ganas. La instrucción concreta y acordada era en ese mercado puntual con el rendimiento señalado. Nunca se nos advirtió de situaciones que pudieran poner en peligro nuestras inversiones, ni fuimos consultados sobre nuestra voluntad de participar en tal o cual inversión”.
El abogado Paul Krupnik, que representa a parte de los ahorristas que se presentaron a la justicia, explica que rendimiento prometido era de un 2% bimestral en dólares. Como es habitual en este tipo de operaciones, los ahorristas iban teniendo información periódica sobre sus fondos y también permiso para retirarlos. “En ese sentido, es mejor que los plazos fijos que te dejan inmovilizada la plata”, le dijo a RedBoing uno de ellos que fue a presenciar el allanamiento este martes en barrio Alberdi, con la expectativa de ver la cara de Herrera al salir detenido. En ese punto no tuvo suerte, porque el financista logró escabullirse de las cámaras saliendo por una casa contingua a la suya, lejos de la curiosidad de los medios.
El mismo damnificado dejó un dato a quienes cubrían periodísticamente la noticia, que coincidió con lo que sugirieron algunos vecinos del barrio respecto de una colección de autos de alta gama: “Ese VW Beat que tiene estacionado ahí es uno más de sus vehículos. En Timbúes parece que tiene muchos más. Podrían rematarle alguno para pagarnos a nosotros”, reflexionó con total lógica.
En julio de 2021, ese canal de comunicación con la firma de Herrera empezó a tener problemas. Al menos el primer día de ese mes, los ahorristas supieron que no había más movimiento de sus cuentas. Una semana después, una de las personas que hizo la denuncia pidió retirar su dinero y la secretaria de Herrera le respondió que “para los retiros, tenían un atraso como de tres o cuatro meses”. Cuando la misma ahorrista retruca que solamente quería hacer un depósito, le dijeron: “A la gente que quiere dejar le aviso que luego para retirar hay demora”.

“Esto denota que al menos -podría ser mucho antes- en julio del año 2021 la empresa y su directorio tenían cabal conocimiento de su situación económica y financiera y continuaron con su raid delictivo de apropiación de fondos ya depositados como así también tomando nuevos depósitos”, plantea uno de los abogados denunciantes.
En septiembre, la misma ahorrista se comunica con Diego, uno de los hijos de Luis Herrera para el que también llegó este martes una orden de allanamiento. Y éste le dice que no le escriba porque están en ese momento con una auditoría de la CNV. En octubre, se empiezan a hacer reuniones presenciales. Allí los titulares de la financiera plantean “explicaciones técnicas, difíciles de recordar para las interlocutorias por ser desconocedoras de la materia”, describe el documento que ingresó al MPA.

La culpa a la economía argentina
Según lo que recuerdan los ahorristas de esos primeros encuentros, desde la financiera se les explicaba que “debido al empeoramiento de la situación económica de la Argentina, a partir de junio del 2021, periodo en el cual desciende de categoría de país emergente a stand alone, no se les permitió seguir trabajando como lo venían haciendo”. De a poco, fueron dejando de responder los mails y ya no atendían los teléfonos, como suele pasar en este tipo de empresas cuando no pueden hacer frente a los reclamos de sus ahorristas.
En mayo de este año, se produce otra reunión presencial con ahorristas, que solicitan permiso para que algunos de los damnificados se conecten vía Zoom porque no podían asistir. Luis Herrera se niega al pedido, porque no quiere que quede grabado el contenido del encuentro y desconfía que lo haga quien se conecta por vía digital. En ese encuentro, menciona que tenían dos frentes abiertos: la vía penal y la vía civil.
Enseguida, Herrera proponía una estrategia de pago planteando dos acciones diferentes para la vía civil y la penal del litigio. Así lo explica una de las personas damnificadas en el documento al que accedió RedBoing: “Cuando habla de la vía penal, entiende a la misma como una forma de hacer que se asuste, que no iba a arreglar porque implicaba reconocer que había cometido un delito, y él no había cometido ninguno. Que tenía miedo de ir preso pero que ni él ni sus abogados iban a ceder. Cuando se refería a la vía civil, mencionaba que estaban esperando a que salga el concurso de acreedores, porque tenía todo inhibido. Una vez que se aprobase el concurso, le iban a liberar los fondos e iba a poder pagar. Que el concurso los favorecía porque le licuaban la deuda, ya que se la pesificaban. Que a los que no entrasen al concurso, concurso, le iban a liberar los fondos e iba a poder pagar. Que el concurso los favorecía porque le licuaban la deuda, ya que se la pesificaban. Que a los que no entrasen al concurso, les iba a pagar por afuera. Que tienen dinero en sus cuentas en Estados Unidos, bienes y A dinero en la bolsa. Que tiene para responder hasta dos o tres veces lo que se les demanda. Que sus cuentas en Estados Unidos no estaban inhibidas, pero que ahora no podía hacer una transferencia en el exterior porque él era el titular y si se destapan esos movimientos lo podían culpar de que le enviaba dinero a un tercero para ocultarlo y que el abogado no se lo permitía. Mencionaba constantemente que tenía un grupo de gente aliada, que por un sistema de puntos iban a cobrar en el concurso y también por fuera del mismo”.
Pero el tiempo pasó y nada de eso se cumplió: “Hasta la fecha no tuvimos más novedades respecto de nuestro dinero, ni de todas las propuesta que nos relataban que iban a hacer y seguimos sin poder disponer de nuestros ahorros”, plantea una de las denuncias judiciales que servirá como base de la imputación del fiscal Moreno. Eso será el jueves por la mañana, en el Centro de Justicia Penal. Y al menos hasta que llegue la audiencia, Luis Herrera está preso, tal como él mismo había dicho que podía pasar.

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