
Las reservas brutas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) finalizaron el año en USD 41.165 millones, un resultado explicado en gran parte por el respaldo financiero del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Según datos oficiales, a lo largo del año los activos internacionales registraron un incremento de USD 11.558 millones, en un contexto de fuertes tensiones cambiarias y con un esquema económico que continúa dependiendo del financiamiento externo.
Hasta noviembre, el país recibió USD 14.469 millones por parte del FMI, correspondientes a distintos desembolsos acordados en el marco del programa vigente. No obstante, durante el mismo período se abonaron USD 2.782 millones en concepto de intereses, lo que redujo el impacto neto de esos ingresos sobre el nivel de reservas.
Pese a la mejora en el stock bruto, analistas del mercado advierten que el Gobierno enfrentará dificultades para cumplir con la meta de acumulación de reservas pactada con el organismo internacional. En ese sentido, estiman que la administración nacional deberá solicitar una dispensa (waiver) al FMI por un desvío cercano a los USD 12.000 millones.
La situación vuelve a poner en el centro del debate la sustentabilidad del esquema de reservas, la dependencia del financiamiento del Fondo y los desafíos que enfrenta el Banco Central para fortalecer su posición externa sin recurrir exclusivamente a deuda.
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