Ocurrió en Tortuguitas, Buenos Aires. Un joven estuvo cautivo junto a su pareja, hija de un marino mercante. Sin embargo, la División Operativa Central del Departamento Antisecuestros de la Policía Federal Argentina (PFA) descubrió que tenía vínculo con los dos imputados.
Así, las autoridades procedieron a detenerlo junto a los implicados, quienes habían pedido 100.000 dólares como rescate. “Si bien en un principio se pensó que el joven había sido una víctima más del hecho, sus contradicciones y sus vínculos con los autores materiales del secuestro lo convirtieron en un imputado más en la causa”, afirmó este lunes a la agencia Télam uno de los investigadores.
El secuestro se dio el 19 de febrero. El caso terminó con la pareja liberada y sin que se concretara el pago de los 100.000 dólares que llegaron a exigir como rescate. La investigación comenzó por la denuncia del padre de la chica de 20 años, un marino mercante.
Con las víctimas liberadas e ilesas, los policías recabaron los primeros datos y así pudieron establecer que la mujer y su novio estaban en un shopping de la zona de Tortuguitas cuando el joven supuestamente había pedido un auto a través de la aplicación Uber. Sin embargo, se estableció que el teléfono de la pareja había coincidido en una serie de llamados con el aparente chofer de la aplicación.
La PFA también pudo establecer con los registros de Uber y el análisis de las comunicaciones, que el novio de la chica nunca había solicitado para el viaje -como había declarado-, un servicio de esa empresa, con la aplicación o algún llamado.
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