La justicia provincial imputó este miércoles a Norma Acosta por falso testimonio. Se trata de la mujer que había denunciado una balacera a su casa el pasado 7 de mayo, pero que de acuerdo a la evidencia del MPA habría organizado ese ataque contra sí misma para conseguir visibilidad. Lo que habría buscado con esta estrategia fue “posicionarse mediáticamente como una persona perseguida por las fuerzas de seguridad de la provincia de Santa Fe, usufructuando la posibilidad de prestar declaración testimonial como ‘víctima’ ante las autoridades judiciales a cargo de esta investigación, para instalar hipótesis investigativas ficticias y fraudulentas y para introducir información falsa e incriminatoria sobre diferentes jefes policiales”, razonó el fiscal Pablo Socca, a cargo de la causa.
Junto a Acosta fue imputado Juan Gómez, ex integrante de la barra de Rosario Central que tras el crimen de “Pillín” Bracamonte pasó a ocupar un lugar de jerarquía en el paraavalanchas de Newell’s y fue quien recibió el encargo de la mujer de balearle su propia casa. Según mostró Socca en la audiencia, este joven contactó para que ejecute los disparos a Nahuel “Monta” Depetris -también allegado a la barra leprosa- que a su vez buscó a dos adolescentes de 17 y 18 años para que concreten la balacera. Estos últimos fueron en bicicleta hasta Pasaje Larguía 3464, en barrio Tablada, a efectuar los tiros contra el frente de la vivienda.
La investigación logró determinar que el ataque estaba previsto para la noche del 6 de mayo, una vez que Acosta hubiera finalizado una transmisión por Facebook Live en la que tenía previsto denunciar maniobras de jefes policiales para quedarse con dinero destinado al combustible de los patrulleros. Cabe recordar que un día antes de aquello, el fiscal José Luis Caterina había ordenado allanamientos contra varios uniformados por ese tema. La balacera se demoró unas horas, ya que se produjo a media mañana del 7 de mayo. Y este cambio de horario quedó registrado en los audios que la presunta víctima le mandó a su pareja antes de irse a dormir.
A las 23,46 Acosta escribió: “Yo ya me acosté Negro, parece que acá no va a pasar nada así que me acosté. …… Yo ya comí y me acosté, estos se piensan que uno va a aguantarle la vela. Que hagan lo que quieran. Si tiran tiros me voy a enterar, porque (EL HIJO) va a estar acá conmigo en la pieza. Igual me lo traje por las dudas que lo hagan más tarde. Viste? Así que me voy a dormir.…. Te aviso, después te escribo si pasa algo”. Lo que explicó el fiscal Socca fue que ella ya sabía que su casa iba a ser baleada. Al día siguiente, un rato después de haber sentido los impactos de bala en la puerta de su casa, estaba brindando una conferencia de prensa, con detalles sobre la denuncia que ella había hecho contra la policía y datos (falsos) sobre los presuntos autores del atentado.
La idea de la mujer era dar información que desvíe la investigación, mencionando que ella había visto el ataque y que los autores eran dos hombres de unos 40 años a bordo de un auto blanco. Nada de eso coincidía con los datos que pudo relevar el fiscal en contacto con vecinos del barrio y las cámaras de seguridad. En rigor, a la hora en la que se habían escuchado los tiros se había visto a dos adolescentes en una misma bicicleta. Ese mismo día se consiguió la detención de uno de ellos, menor de edad. Y a partir de allí se pudo “tirar del hilo” que permitió llegar al resto de la trama. Así, tres meses más tarde, caían la propia Norma Acosta y Juan Gómez.
César Ceragioli, abogado defensor de Acosta, buscó establecer que su clienta tiene algún tipo de padecimiento psiquiátrico para argumentar el falso testimonio. La jueza Eleonora Verón resolvió dictarle a la mujer imputada y a Juan Gómez la prisión preventiva.
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