Rafael Rofman, doctor en demografía e investigador principal de Cippec, dialogó con Nacho Russo y el equipo de Todo Pasa de Radio Boing. El año pasado los índices de natalidad se desplomaron en Argentina.
Un informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) reveló un dato que confirma un fenómeno silencioso pero contundente: en Argentina, la natalidad cayó a niveles históricos. Si entre 2005 y 2015 nacían, en promedio, 700.000 bebés por año, en 2023 esa cifra descendió a solo 400.000.
Para comprender este fenómeno y sus implicancias, el investigador principal de CIPPEC y doctor en demografía, Rafael Rofman, explicó que se trata de un proceso global que ahora se consolida en el país. “La tasa global de fecundidad, que estima cuántos hijos tiene una mujer a lo largo de su vida bajó de manera pronunciada. Pasamos de promedios históricos de 3,5 hijos por mujer a cerca de 1,4 en la actualidad”, señaló.
La caída en la natalidad tiene múltiples factores, pero Rofman destacó dos como fundamentales: un cambio profundo en el proyecto de vida de muchas mujeres jóvenes y la llegada de métodos anticonceptivos más eficaces, como los implantes subdérmicos, disponibles en el sistema público desde 2014. “Entre las menores de 20 años, la fecundidad cayó casi un 70%. En muchos casos, esos embarazos no eran deseados. Hoy, esas chicas pueden continuar sus estudios, acceder a mejores trabajos y decidir con mayor autonomía”, sostuvo el especialista.
“Es un dato que hay que entender, no temer”, remarcó Rofman. Además, insistió en que el descenso en la natalidad puede abrir nuevas oportunidades si se adapta el sistema a esta nueva realidad. “El sistema educativo, por ejemplo, puede reorganizarse. Si hay menos estudiantes, se puede apostar a la calidad: capacitar docentes, ampliar escuelas de jornada completa. Lo mismo con el sistema de salud, que deberá priorizar cada vez más la atención geriátrica por sobre la pediátrica”, explicó.
“Hay que repensar el sistema previsional, porque si hay menos gente joven que ingresa al mercado laboral, se necesitará más productividad por persona para sostenerlo”, dijo.
La caída de la natalidad no es un fenómeno exclusivo del país. De hecho, Rofman lo enmarca en una tendencia mundial que afecta incluso a potencias como China, donde por primera vez la población comenzó a decrecer, y a Corea del Sur, que registra una tasa de fecundidad bajísima: apenas 0,7 hijos por mujer.
En Argentina, la baja fue generalizada en todas las provincias. Las jurisdicciones donde más se notó la caída fueron Tierra del Fuego, Ciudad de Buenos Aires y Jujuy. “En esas zonas influyó el acceso más inmediato a servicios de salud y programas específicos para reducir el embarazo adolescente”, explicó Rofman.
Para el investigador, el mayor error sería intentar forzar un aumento de la natalidad mediante incentivos que ya se probaron en otras partes del mundo sin éxito. En cambio, propone facilitarle la vida a quienes sí quieren tener hijos. “Hoy un padre tiene apenas dos días de licencia por nacimiento. Eso no ayuda. Hay que construir condiciones reales para quienes quieren formar una familia”, concluyó.
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