“El barrio está amenazado por los narcos. Lo que se dice es que hay una faltante de un paquete de diez kilos de cocaína. Y que hasta que no aparezca, a todos los que estén circulando de noche los van a bajar”, le dice a Red Boing una mujer de La Cerámica, en la zona noroeste de Rosario. La amenaza funciona como un toque de queda y de acuerdo a lo que cuentan los vecinos que piden reservar su nombre, nadie se anima desafiarla. Es que en menos de una semana, mataron a tres adolescentes de 13, 14 y 15 años. “Ellos cumplieron con lo que habían dicho, por eso tenemos tanto miedo. Están haciendo circular mensajes por Whatsapp, por Facebook, por todos lados”, dice otra vecina.
Es lunes por la mañana y dos de las escuelas del barrio están cerradas. Al séptimo grado de la 1315, en la esquina de Unión y República de Irak, iban Máximo Luján y Jeremías López. Y hasta el año pasado había sido alumna acá Maiyte Galvez. Los tres fueron asesinados en las últimas horas. De eso se habla ahora en la reunión de las docentes, las cocineras del comedor y las porteras con el gremio Amsafe y con el delegado local del Ministerio de Educación, Osvaldo Biaggioti. Aunque también se charla sobre la amenaza para todos los que caminen por el barrio cuando baja el sol.
Tras encontrarse con la comunidad educativa de La Cerámica, Biaggioti le dijo a Red Boing: “Lo primero que hacemos en estos casos es venir a escuchar. Se siente mucha angustia, hemos hablado por ejemplo con la maestra de Máximo, el chico de 13 años al que mataron el sábado. Y lo que vemos es que las trabajadoras de la educación tienen miedo, porque llegan muy temprano a la escuela cuando todavía no amaneció. Y nos dicen que la calle ha sido copada por las bandas a la noche, pero también a la hora de la siesta. Nuestra respuesta es poner al tanto al ministro de Educación, también al de Seguridad, para que dispongan medidas de protección como ya se vienen aplicando en otros barrios”.
A pocas cuadras de la 1315 está la escuela secundaria 540, sobre calle Salvat al 1100. Este lunes es otra institución que no abre: allí iba Mayte, que en pocos días cumplía 15 años y era alumna de 1er año. Fue ejecutada junto a su amigo Máximo, en la vereda de Coliqueo al 1400. Un auto pasó y les disparó una ráfaga de tiros. Minutos después, el Hospital Alberdi era un hervidero. Los dos chicos habían fallecido y sus allegados protagonizaban una escena violenta con el personal médico y rompían algunos vidrios del efector de salud.
Otra de las mujeres del barrio, en una esquina y mirando hacia todos los costados, le dice a Red Boing: “Acá los colectivos cuando anochece ya no pasan. Los taxis y remises, tampoco. Los delivery no entran. Quedamos sitiados por los narcos y no sabemos qué hacer. Lo que todos dicen es que esto empezó cuando un hombre que integra una de las bandas narco más conocidas de Rosario le compró la casa a alguien de acá. Inclusive cuando hizo la operación avisó que la iba a usar para vender droga. Parece que una bandita de chicos del barrio se metió y le robó a ese narco un paquete de droga, dicen que eran 10 kilos de cocaína”, relata un vecino. Con quien se hable en La Cerámica, la historia de la violencia que vive en estas horas el barrio se repite. Todos coinciden en que esa fue la génesis del conflicto que no parece haber terminado con la muerte de Jeremías el miércoles, de Máximo y Mayte en la noche del sábado. Los tres homicidios se dieron a pocos metros de distancia.
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