
Ricardo Caruso Lombardi volvió a encender el show. Esta vez, no desde un banco de suplentes, sino desde el rubro que más disfruta: el de profeta del fútbol argentino. Días antes de los cuartos de final del Torneo Clausura 2025, el exentrenador lanzó una predicción que, según él, era casi una verdad revelada: Barracas Central y Central Córdoba serían semifinalistas, dejando en el camino a Gimnasia y Estudiantes de La Plata.
No solo eso. Caruso fue por más. Afirmó que, una vez instalados en semifinales, el Ferroviario cedería el partido a Barracas, para que el Guapo siguiera su camino triunfal rumbo a la Copa Libertadores 2026. Una cadena de acontecimientos tan precisa que solo faltó agregar la marca de la lapicera con la que firmarían el acuerdo.
Pero llegó el fin de semana, rodó la pelota… y el guion se reescribió solito.
Gimnasia eliminó a Barracas Central, y Central Córdoba quedó afuera, desmoronando en 90 minutos la proyección que prometía ser “inevitable”. Ni semis, ni final, ni Libertadores. Apenas una anécdota para recordar en los próximos debates televisivos.
Caruso había fundamentado su pronóstico en los últimos resultados de la etapa regular: la clasificación de Barracas ante Huracán —una que calificó como “señal”— y la polémica victoria de Central Córdoba sobre San Lorenzo en el Madre de Ciudades, donde Andrés Merlos (perdón, Arasa, según la cita de origen) otorgó un penal discutido y expulsó a Romaña en una jugada que aún circula en los debates arbitrales.
Para Caruso, esos episodios eran pruebas suficientes de que los caminos de Barracas y el Ferroviario estaban marcados. Pero el fútbol argentino, tan afecto a desmentir certezas, se encargó de corregir el oráculo.
Así, mientras Estudiantes y Gimnasia celebran su clasificación, Caruso Lombardi deberá ajustar la brújula de sus predicciones. O, quién sabe, quizá ya tenga lista la próxima profecía. Total, en el fútbol, como en la vida, ningún pronóstico falla… si después uno se olvida de revisarlo.
Comentarios