
Luciana Manzoco, nutricionista, visitó los estudios de Radio Boing y dialogó con el equipo de Boing y Sus Secuaces, en una campaña junto con el Concejo Municipal, la especialista habló sobre cómo alimentarse durante el verano y armar un plan de alimentación para todo el año.
Muchas veces se habla de mejorar la alimentación en términos de estética o salud, pero un factor clave que a menudo se pasa por alto es cómo influye en los niveles de energía. Un testimonio común en consultorios de nutrición es el de personas que, al ordenar su alimentación, notan un cambio inmediato en su vitalidad. Como relató una paciente adulta de más de 60 años, tras organizar sus comidas y equilibrar los macronutrientes (proteínas, carbohidratos y grasas), dejó de sentirse constantemente cansada.

Una de las mayores dificultades en la alimentación no está en la semana, sino en los fines de semana. Muchas personas logran llevar un esquema ordenado de lunes a jueves, pero al llegar el viernes se descontrolan con comidas ultra procesadas y alcohol. Esta mentalidad de “premiarse” con excesos puede generar un círculo vicioso de fatiga, malestar digestivo y falta de motivación para retomar hábitos saludables el lunes. ¿La clave? Encontrar un balance y no asociar el disfrute con la comida chatarra exclusivamente.
Cuando alguien dice que “comió mal”, es importante entender qué significa esto para cada persona. Para algunos, es el exceso de volumen en la comida; para otros, el consumo de ultraprocesados. Sin embargo, no se trata solo de cantidad, sino también de calidad. No es lo mismo darse un gusto con una picada de queso y frutos secos que consumir snacks industriales llenos de aditivos. Optar por alternativas más naturales, como bastones de zanahoria con hummus o guacamole, puede ser una excelente opción para equilibrar el placer y la salud.
Uno de los mayores desafíos al adoptar una alimentación saludable es la compra de alimentos. La industria coloca los productos ultraprocesados al alcance de la mano, mientras que lo saludable a menudo está menos visible. Sin embargo, una estrategia efectiva es evitar el supermercado para ciertos productos y optar por comprar en verdulerías o mercados saludables. También es fundamental cambiar la mentalidad de que “comer sano es estar a dieta”; en realidad, se trata de generar hábitos sostenibles que permitan disfrutar sin culpa.
El entrenamiento es un gran aliado para una alimentación equilibrada. No solo ayuda a mantener un peso saludable, sino que también es un excelente regulador del estado de ánimo, reduciendo la ansiedad y el estrés. Muchas personas encuentran que, al empezar a hacer ejercicio regularmente, su cuerpo comienza a pedirles alimentos más nutritivos de manera natural. Establecer objetivos realistas, como entrenar cuatro veces por semana, y ajustar la alimentación a las necesidades del cuerpo en cada etapa (como en pretemporada o entrenamientos intensos), es clave para obtener mejores resultados y sentirse bien.
No se trata de eliminar completamente los placeres gastronómicos, sino de encontrar un balance entre lo saludable y los gustos personales. Incorporar hábitos sostenibles, planificar las compras, evitar el delivery en exceso y entender que la alimentación impacta directamente en la energía y el bienestar emocional son pasos fundamentales para una mejor calidad de vida.
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