Mariana Ortigala, que fue testigo protegida de la justicia provincial tras sobrevivir a un ataque narco y terminó imputada en septiembre pasado por ser la presunta administradora de propiedades de Los Monos, rompió este jueves el silencio, para declarar desde la cárcel en una audiencia judicial que se realizó por Zoom. La mujer de 45 años negó las acusaciones en su contra y dijo: “Con el tiempo todo se va a demostrar. Trabajé toda la vida y no soy testaferro de Cantero”.
La audiencia fue presidida por la jueza María Trinidad Chiabrera, con los doctores Juliana González y Federico Rébola como fiscales. Por la defensa, estuvo el abogado Leonel Iesari. En ese marco, Ortigala reiteró algo que ya había dicho antes de caer presa: que se relacionó con “Guille” Cantero tras el gravísimo atentado que sufrió en 2020 por parte de sicarios de la banda de Esteban Alvarado, al que logró sobrevivir. Y que de allí en más, empezó a brindar información con reserva datos a la justicia provincial, llegando a tener un trato cotidiano con el fiscal del MPA Matías Edery.
En el recorrido que hizo durante su declaración, Ortigala dio su versión sobre la trama que la terminó vinculando en una investigación del MPA a las extorsiones contra Cristian Quinteros, titular en Rosario de las agencias de apuestas “El Khalifa” y un bar en el que habría funcionado un garito ilegal, en Pellegrini y Avellaneda. Según los dichos de la imputada, ella no fue la responsable de los ataques a esos locales.
De acuerdo a la investigación de los fiscales Pablo Socca y Miguel Moreno, los atentados incendiarios en Pichincha y en Echesortu contra dos agencias de “El Khalifa“, así como la balacera al citado bar de Avenida Pellegrini, estaban relacionados con una deuda de 500 mil dólares que presuntamente tenía Quinteros con David Perona, que controlaba el juego ilegal en Rafaela y murió por COVID en 2020. Su viuda, Lorena Córdoba, buscó cobrarla y habría convocado a Ortigala y su marido Rodolfo Felipe para hacerlo.
“¿Cómo va a ir mi marido a pedirle un millón y medio de dólares al Khalifa? No sé ni qué espacio ocupa todo eso”, preguntó Ortigala ante la cámara de la computadora que la grababa en la Unidad Penitenciaria 5, en la zona oeste de Rosario en 27 de Febrero al 7.800. Desde ahí, adonde está alojada varios meses, denunció que Esteban Alvarado le habría intentado mandar comida envenenada a su celda.
“Al ‘Kalifo’, porque así le decía yo, lo conocí en el gimnasio. Fuimos muchos años juntos y ese gimnasio era muy grande, pero él siempre se hacía notar. Tenía una personalidad arrogante, hablaba fuerte y decía siempre de quiénes era amigo, hablaba mucho de gente de la barra de Central. Me acuerdo que se sentaba siempre en una mesita de adelante en la que hacían cambios de cheques, que había gente que llegaba con una mochila con plata y cambiaba ahí. Yo un día lo filmé, para pasarle la información a la Fiscalía”.
Más adelante, dio detalles de esos datos que entregaba al fiscal Matías Edery, en su rol de colaboradora reservada de la justicia. “La mayor parte de la información surgió de mi teléfono iPhone, del que yo di la clave para que lo puedan abrir. Van a ver que coincide todo lo que hay ahí, con lo que fui declarando”.
En otro momento, Ortigala se refirió a una saga de atentados criminales en Rosario durante 2021, poco antes de las elecciones de ese año: “Gracias a la información que pasé, salvé la vida de un montón de personas, me la jugué. Cuando se estaban atacando las estaciones de servicios y los restaurantes en Rosario, yo pasé toda la información a Mati para que pudieran frenar todo eso. Cuando fue lo de la cancha de Newell’s, también ayudé con lo que sabía”. Aunque no agregó más sobre esto último, podría haberse referido al homicidio del músico “Jimy” Altamirano, ocurrido en enero de 2023 en las puertas del Coloso.
La declaración también incluyó un párrafo sobre la presunta relación de Esteban Alvarado con los crímenes que en marzo sacudieron a la ciudad y al país. “Lo que está pasando ahora en Rosario, lo anticipó Carlitos Argüelles (N. de la R: el testigo que declaró en el juicio contra Alvarado, por haber sido parte de la misma banda, que luego fue asesinado). Él había dicho que cuando Esteban se viera complicado, iba a matar un trabajador de servicios públicos por día. Y eso fue lo que pasó. Lo que pasa es que desde que asumió Pullaro, la situación de Esteban está peor en la cárcel. Acuérdense que en su momento cuando Pullaro era ministro, él le quiso secuestrar el hijo. Y quiso tirar en la cancha de Central marihuana desde una avioneta con cartelitos que dijeran Pullaro Narco”.
Sobre su situación económica, la mujer a los que los fiscales Socca y Moreno la acusaron de ser testaferro de la banda Los Monos, planteó: “Trabajo desde los 14 años, mi mamá es abogada y tiene 80 años. Me independicé de muy chica, trabajé en calle San Luis, tuve locales en Fisherton, estudié y me faltaban pocas materias para recibirme de abogada. No terminé esa carrera por el tiempo en el que tenía que trabajar, pero sí me recibí de corredora inmobiliaria. Mi mamá tiene un monoambiente de 25 metros y una casa con dos cabañas, con los ahorros de su toda su vida, que le permiten sumar algo a su jubilación que es muy baja”.
Ortigala contó que por ser visita frecuente de Cantero en la cárcel y haber logrado con él un vínculo de confianza, “mucha gente de la política” la buscó para hablar con el referente histórico de la banda Los Monos.
Otro de los nombres que surgió en la audiencia fue el de Vanesa Barrios, pareja de “Guille” Cantero que fue detenida en 2023, cuando estaba con prisión domiciliaria en una casa cuya propietaria es Mariana Ortigala. Sobre la relación entre ambas, dijo: “Yo hice mucho por ella. Le inscribí a su nena en piano, en guitarra, la llevaba a la escuela. Pero nada que ver con lo de ser una testaferro”.
Comentarios