Giacomo Chiapparini, un empresario italiano de 74 años, murió aplastado por 15.000 hormas de quesos cuando entró en la nave de almacenaje. Por razones que se buscan establecer, una estantería de metal se desplomó y provocó que las que estaban a su alrededor también cayeran. Como consecuencia Chiapparini quedó sepultado bajo los productos.
El almacén donde el empresario perdió la vida cuenta con 10 pasillos, cada uno de ellos con 1.600 quesos. Según las primeras informaciones del caso, Chiapparini entró con la intención de accionar un robot que se encarga de la gira automática para que los lácteos puedan llevar a cabo su maduración de manera correcta.
En la granja situada en Romano di Lombardia se encontraba el hijo del fallecido y algunos empleados, que se alertaron cuando escucharon el estruendo que provocó el derrumbe. Los bomberos provenientes de Bérgamo, Treviglio, Romano y Dalminese y la Agencia Nacional de Servicios de Emergencia (Areu) junto con el equipo de Búsqueda y Rescates Urbanos (Usar), se desplazaron hasta el lugar donde estuvieron buscando durante toda la noche al dueño, que finalmente encontraron sin vida a las 8 de la mañana del día siguiente.
La empresa que regentaba Chiapparini lleva produciendo queso Grana Padano desde 2006. Tienen sus propias vacas, de las cuales extraen la leche para hacer sus quesos y después ponerlos a disposición del consumidor en una tienda física.
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