El jugador cuyo pase pertenece a la Lepra decidió visitar la clínica Trinidad, en el barrio porteño de San Isidro, donde se encuentra internado Exequiel Zeballos tras su operación por su fractura de tibia con compromiso ligamentario del tobillo derecho. Leyendeker llegó cerca de las ocho de la mañana, aunque pudo ingresar horas después ya que no tenía autorización para hacerlo.
El defensor de Agropecuario estuvo demorado en el acceso al nosocomio privado ya que solamente podían entrar familiares de los internados. La situación cambió cuando desde el entorno del Changuito le dieron el visto bueno para que pueda estar unos minutos junto al delantero de Boca que permanecerá en el lugar durante algunos días más.
Leyendeker finalmente pudo visitar a Zeballos y transmitirle a él las disculpas que pidió públicamente apenas terminó el partido y se enteró de la gravedad del cuadro. “Estuvo todo bien, subí a verlo recién. Me sorprendió cómo me recibieron, es un pibe espectacular. Yo estaba angustiado, lo quería ver antes de salir a hablar y la verdad que lo vi bien, está fuerte, sé que va a volver de la mejor manera”, declaró a la salida del sanatorio.
“Subí a pedirle disculpas, era lo que más quería, verlo bien y desearle lo mejor. Está con muchísimo ánimo, me recibió muy bien. No tengo palabras de agradecimiento para él, le deseo lo mejor. Yo estaba angustiado por él, por el parte médico, no por mi sanción, de lo que además no sé mucho, pero solo lo quería ver bien. Ahora tengo que ver todo lo de la sanción que se dice, hablar con mi club y mi representante. Ya veremos”, agregó.
Por otra parte, el zaguero remarcó: “Yo vine a pedirle disculpas a Zeballos y estaba dispuesto a escuchar lo que tuviera para decirme pero me sorprendió, me dijo que no necesitaba ninguna explicación, que son cosas que pueden pasar, no tengo palabras de agradecimiento para él. Descartó por completo que yo haya tenido mala intención y eso me deja tranquilo”.
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