“Ojalá se emocionen (…) ojalá se identifiquen, de verdad. Y cuando digo de verdad me refiero a ESO que las redes no pueden describir”, escribió Lali en su cuenta de X (ex Twitter) el 6 de marzo de 2025. Faltaban más de 50 días para que No Vayas a Atender Cuando el Demonio Llama, su sexto álbum de estudio, viera la luz en las plataformas digitales. Ni siquiera se conocía la foto de portada. Y, como si se tratase de un gran spoiler, Lali dejaba una promesa en el aire: la de un impacto emocional que iría más allá de los algoritmos, los rankings o el ruido de las redes. Y cumplió.
Producido por Mauro De Tomasso, BB ASUL, Galán y otros colaboradores clave —entre ellos Julieta Venegas y La Bersuit—, el disco no solo arrasó en sus propios charts: se convirtió en el mejor debut de su carrera, reconfiguró su Top 10, se coló en múltiples playlists globales y logró el ingreso en el ranking global de Spotify. No fue un golpe de suerte. Porque aunque el azar siempre juega su parte, no es una artista que improvise. Este éxito es el resultado de una apuesta pensada al detalle.
NVAACEDL —como lo abrevian sus fans en redes sociales— funciona como un diario íntimo disfrazado de musical pop, pero también como un espacio donde se entrecruzan presente, pasado, nostalgia y adolescencias compartidas. Lali se ríe de sí misma en un formato que conoce y domina, pero que también le resulta familiar a toda una generación. Entre guitarras, riffs y bases de pop sintético, introduce microanuncios que evocan a Cris Morena, las tardes de televisión en los 2000 y las publicidades que marcaban una época. Cualquiera que haya crecido entre novelas infantojuveniles, videoclips por cable y CD’s rayados puede encontrar un espejo emocional en este álbum pseudo-rockero.
Pero el viaje no se limita a la nostalgia. A lo largo de las 15 canciones hay guiños a Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Babasónicos, Charly García y una colaboración que rompe toda conjetura: Duki, referente indiscutido del trap argentino, se mete en terreno pop —un género que no transita habitualmente— y lejos de sonar como algo plastificado o forzado, lo hace sonar propio. Como si se tratase de una melodía perfecta. Otro punto alto del álbum es Mejor que vos, canción ubicada en la mitad del disco y compuesta junto al dúo ícono del pop argentino; un gesto intencionado que reafirma que, pese a la carga rockera, su esencia sigue intacta.
Entre beats y cinturones de cuero, Lali expone su parte más humana: sus dudas, sus miedos, sus certezas y todo aquello que aprendió a dejar atrás. Si bien su historia personal siempre estuvo presente en su obra, esta vez rompe la cuarta pared emocional y se muestra con una honestidad inédita. “Una canción es una herramienta para procesar la vida y la cultura”, dijo Fito Páez alguna vez. Y eso es exactamente lo que ocurre en esta pieza: No Vayas a Atender Cuando el Demonio Llama es su manera de entender(se), de narrar(se) y de devolverle al pop lo que el pop le dio.
Con el humor que la caracteriza, Lali convierte en performance los ataques recibidos en los últimos meses, especialmente por parte del partido político afín al actual presidente. Pero lejos de victimizarse, los transforma en ironía, crítica y libertad creativa. En tiempos donde decir lo que uno piensa tiene costo, ella elige el escenario, el ritmo y lo que tiene para decir. Y ese escenario será, precisamente, el de Vélez: los próximos 24 y 25 de mayo, presentará el disco con dos fechas completamente agotadas. Un mensaje contundente de que, pase lo que pase, la música siempre será su mejor respuesta.
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