
En un nuevo capítulo del recambio dentro del Ejecutivo nacional de cara a la segunda etapa del mandato de Javier Milei, que se inicia este 10 de diciembre, el subsecretario de Derechos Humanos, Alberto Baños, presentó su renuncia al cargo. La salida del funcionario, considerado uno de los hombres más cercanos al ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, reavivó rumores sobre un posible alejamiento del propio titular de la cartera, en medio de recientes turbulencias internas.
La dimisión se produce en un momento de fuerte tensión dentro del ministerio y en pleno reacomodamiento político frente a las reformas de “segunda generación” que promueve el Gobierno. La subsecretaría de Derechos Humanos es uno de los espacios más sensibles de la estructura estatal: allí se coordinan políticas de protección y promoción de derechos fundamentales, un área históricamente cuestionada por organizaciones sociales y sectores de la oposición durante la gestión de La Libertad Avanza.
Hasta el momento, desde el Ministerio de Justicia no se emitió un comunicado oficial sobre la salida de Baños, ni se confirmó quién será su reemplazante, una decisión que —según fuentes oficiales— demandará cautela en un contexto de fragilidad institucional.
Un funcionario en el centro de las polémicas
Baños, exjuez y figura clave desde el inicio del gobierno de Milei, asumió la subsecretaría tras la degradación del área, que pasó de secretaría a subsecretaría. En mayo, el Presidente avanzó en un fuerte recorte que redujo al 30% el personal disponible y achicó un 40% su estructura. En aquel momento, el vocero presidencial Manuel Adorni defendió la medida como un “ahorro de 9 mil millones de pesos anuales”, y aseguró que el área se dedicaría a “garantizar derechos humanos sin sesgos ideológicos”.
La gestión de Baños quedó marcada por su enfrentamiento con organismos de derechos humanos y sus declaraciones públicas. El mes pasado protagonizó una polémica intervención ante el Comité Contra la Tortura de la ONU, donde relativizó la cifra de 30.000 desaparecidos y cuestionó información aportada por organizaciones como Abuelas de Plaza de Mayo y el CELS. Aquella presentación generó un amplio rechazo y profundizó el conflicto con instituciones dedicadas a la memoria, verdad y justicia.
“Se hizo un negocio de la defensa de los derechos humanos y no lo vamos a tolerar”, afirmó Baños durante su exposición, donde defendió lo que definió como una política de “memoria completa” y negó despidos en el área, señalándolos como “retiros voluntarios”.
Un recambio que anticipa más movimientos
La renuncia del subsecretario se suma a una serie de cambios que el Gobierno impulsa en la previa del 10 de diciembre, fecha en la que Milei prevé iniciar una nueva etapa de gestión con modificaciones estructurales en distintas áreas. En el oficialismo reconocen que se analizan otros movimientos dentro del Ministerio de Justicia, lo cual mantiene abiertas las especulaciones sobre la continuidad de Cúneo Libarona.
Mientras tanto, la salida de Baños profundiza la incertidumbre en un área clave para el Gobierno y vuelve a poner en foco las disputas internas en torno a la política de derechos humanos impulsada por la administración libertaria.
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