La jubilación mínima registró en octubre una pérdida de poder adquisitivo del 3,9% ajustada por inflación. La caída se debe al congelamiento del bono adicional de $70.000, según cálculos de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP).
El haber mínimo jubilatorio, ajustado por la fórmula de movilidad (que consideró la inflación de agosto del 2,1%), se fijó en $326.298. Al sumarle el bono adicional de $70.000, la prestación mínima total ascendió a $396.298.
Sin embargo, a pesar de que el haber mínimo (sin contar el bono) experimentó un crecimiento interanual del 1,8% real, el bono previsional mantuvo su valor nominal constante desde marzo de 2024 y provocó el fuerte impacto negativo.
El bono de suma fija, que se devenga a través del programa de ANSES “Complemento Prestaciones Previsionales”, mostró una contracción interanual del 23,8% al compararlo con la evolución de la inflación. La falta de ajuste nominal de este complemento generó que el gasto de este programa registrara una caída del 23,7% real en octubre.
Comparando la situación actual con el mismo mes de 2023, la prestación mínima (haber más bono de octubre de 2025) refleja una baja interanual aún más pronunciada, del 17,2%.
Al límite de la Canasta de Pobreza
El valor total de la jubilación mínima ($396.298) apenas supera el valor de la Canasta Básica Total (CBT), que mide la línea de pobreza, la cual arrojó un valor de $392.815 por adulto equivalente en octubre de 2025.
Los analistas advierten que si el monto nominal del bono se mantiene fijo, la pérdida de poder adquisitivo que afecta a las jubilaciones mínimas se incrementará y se acercará progresivamente al valor de la Canasta Básica Total.
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