Son más de once mil y están repartidos por toda la ciudad, aunque concentrados en el centro. Los plátanos, como son vulgarmente conocidos, son los árboles que atormentan a los rosarinos cuando llega la época de primavera-verano.
Si bien representan menos del 5% del arbolado de Rosario, los “Platanus acerifolia”, como es su nombre científico, se hacen notar. De origen híbrido, cruza de P. occidentalis (América) con el P. Orientalis (Europa), comienza con la caída de sus hojas en abril quedando desnudo en invierno.
En ese marco, desde el Ejecutivo indicaron que no se utiliza para nuevas forestaciones. Sin embargo, “se conservan y reponen en avenidas y calles donde históricamente se los han colocado, como en Bv. Oroño desde Pellegrini a Av. Rivadavia”. Se trata de plantas “vigorosas, rústicas, resistentes a la sequía, a bajas temperaturas y a la polución ambiental”.
El médico especialista en alergia e Inmunología y docente universitario Gonzalo Chorezpa destacó en su portal que se trata de “una pelusa con forma de pequeño plumerito que genera una intensa picazón y en muchos casos, fuertes alergias”.
“El hecho de que el sistema inmune identifique como agresor al polen; hace que se le considere un enemigo intruso al que hay que declararle la guerra, expulsarlo con el llorar de ojos, los estornudos y la tos, también se le impedirle la entrada con la congestión nasal y las asfixias en las crisis asmáticas”, añadió.
Según el último censo de plantas realizado por la Municipalidad de Rosario en 2015, en la ciudad había 11.143 plátanos. Ellos se encontraban distribuidos de la siguiente manera:
- Centro: 4.632
- Norte: 2.224
- Sur: 1.835
- Oeste: 1.704
- Sudoeste: 488
- Noroeste: 260
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