
Javier Milei juró este domingo como Presidente de la Nación, en el marco de la Asamblea Legislativa reunida en el recinto de la Cámara de Diputados, donde recibió los atributos de mando de parte del mandatario saliente, Alberto Fernández, para ejercer la presidencia por los próximos cuatro años.
La asunción de Milei (53) fue de las ceremonias más breves desde el retorno a la democracia, hace exactamente 40 años, y la primera en la que un jefe del Estado no pronuncia un discurso ante los legisladores y legisladoras, sino que eligió hablar desde las escalinatas del Congreso, donde -ante ciudadanos y ciudadanas que se congregaron para acompañar el inicio de su mandato- ratificó que el único camino posible para salir de la crisis económica “es el ajuste”.
En um momento de su discurso, el presidente Milei hizo una referencia a la ciudad de Rosario, aunque sin nombrarla, por la situación de violencia e inseguridad que hace años la atraviesa. Citó el preámbulo de la Constitución y la Biblia. Hizo un repaso de los errores de los gobiernos kirchneristas que agravaron 100 años de crisis económica, y prometió “no perseguir a nadie”; al contrario, abrió su proyecto a quien quiera sumarse “con brazos abiertos”.
Además, agregó: “Los delincuentes caminan libres, mientras los argentinos de bien se encierran tras las rejas. El narcotráfico se apoderó lentamente de nuestras calles, a punto tal que una de las ciudades más importantes de nuestro país ha sido secuestrada por los narcos y la violencia“, señaló y prometió: “Se acabó con el siga-siga de los delincuentes“.
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