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Rosario

Quién era la mujer condenada como testaferro de Alvarado que mataron de once disparos

Valeria Nasca, asesinada con 11 disparos en la mañana del domingo. Era parte de la banda de Alvarado.

A las 11.05 de la mañana, de un domingo que había amanecido soleado, ingresaba una llamada al 911 alertando sobre disparos en la puerta de un domicilio con una mujer herida como saldo de la balacera. El hecho había ocurrido unos segundos antes frente a una empresa de transporte en la zona oeste, en Liniers 2670. Y cuando llegaron los efectivos policiales encontraron con que la víctima ya había fallecido: era Valeria Nasca, de 45 años y condenada en 2021 por integrar la asociación ilícita de Alvarado. Apenas había alcanzado a abrir el portón de la firma de la cual era propietaria junto a su marido, Jorge Benegas, con quien había llegado hasta el lugar. Junto al cuerpo, se encontraron once vainas.

Nasca y Benegas habían llegado hasta su empresa para mostrar el trailer de un camión propio que iban a vender. Los supuestos compradores habían pactado la cita por Facebook, pero era un ardid: al encontrarse en calle Liniers, decidieron ejecutar a la mujer.

Todo lo que alcanzó a gritar Nasca a sus asesinos fue un “No, no, no!”, que consta en expediente judicial. Después, los disparos, el silencio y la estampida del vehículo de los matadores. Su marido había quedado adentro de la empresa sorprendido y no pudo impedir la escena. Según datos que pudo recabar Red Boing, los sicarios huyeron en un Ford Focus gris  con patente adulterada: era LAL262, pero tenía pintada una de las letras para esconder el verdadero dominio. A ese auto la policía lo encontró abandonado poco antes del mediodía, estacionado frente a unos monoblock a nueve cuadras del crimen. El vehículo en el que se habían desplazado los autores del homicidio había sido robado a fines de febrero pasado y la hipótesis de los investigadores es que había otro vehículo esperando allí, para hacer el traspaso.

Por el tinte narco del crimen de Nasca, se activaron todas las alertas del Ministerio de Seguridad y se trata del homicidio número 110 en lo que va de 2023 en el Departamento Rosario.

Benegas fue sindicado ya hace tiempo como testaferro del presunto líder narco Esteban Alvarado. Y en 2021 fue condenado por esto mismo, junto a su mujer. Este domingo, por haber estado a pocos metros cuando se ejecutaron los disparos, fue él quien debió dar testimonio a la policía de lo que había ocurrido. Ambos vivían juntos en una coqueta mansión en Funes, en Maiztegui 2727.

El cuerpo de Nasca yace en el suelo, segundos después de ser asesinada.

Antecedentes de la víctima y su marido

En octubre de 2021, con acusación de Matías Edery y Luis Schiappa Pietra, la pareja de Nasca y Benega había resultado condenada por integrar la banda de Alvarado. La investigación de los fiscales del MPA había encontrado evidencias de que ambos eran testaferros del líder narco. La mujer había recibido una pena de 3 años de prisión de ejecución condicional con una multa de más de 50 millones de pesos; su marido una pena de 5 años más otra multa económica algo superior, equivalente a dos veces el monto del lavado que se les había comprobado. Según se supo en las últimas horas, tenían deudas con la justicia por este tema y en poco tiempo debía hacerse una audiencia para ponerse al día.

En los registros de AFIP, Nasca figuraba como titular de la empresa de transportes frente a la que fue asesinada. Y quien aparecía como su socio en los papeles era un joven que en otra denuncia policial, de marzo de 2020, había sido señalado como empleado de la agencia de autos San Ignacio, en Pellegrini al 5900.

El local de venta de automóviles, que también estaría también vinculado a la organización narco, había sido presentado como propio por Nasca en aquella oportunidad, pocos días antes del inicio de la pandemia. El 3 de marzo de 2020, la mujer que fue asesinada este domingo denunció que personas en un Chevrolet Corsa habían amenazado con armas a su empleado frente al salón de San Ignacio y le habían dicho que si querían podían matar a su marido Jorge Benegas, preso en Piñero, donde también estaba por entonces Alvarado.

Antes, en febrero de 2019, la casa en Funes de Nasca y Benegas había sido allanada, en el marco de un operativo contra la banda de Alvarado. “No eran ningunos secos. En la red de empresas de la banda, Benegas y Nasca eran muy importantes. Ahora, la pregunta que surge es: ¿La mandó a matar la organización transacional que todos ellos integran porque dejaron de tributar? ¿Se lo hicieron a Alvarado? ¿O fue un encargo de él mismo para que la víctima no hablé?”, señaló una fuente de la pesquisa en la tarde de este domingo a Red Boing.

A diferencia de Carlos Argüelles, que adulteraba autos para la misma banda y había sido hombre de confianza del líder narco preso en Ezeiza antes de ser asesinado, Nasca no declaró en contra de la organización. Pero a esta hora es todo un enigma quién puede haberla mandado a matar.

La mansión en la que vivían Nasca y Benegas. Se encuentra en la vecina ciudad de Funes.

La fiscal Marisol Fabbro, en principio, no adelantó ninguna hipótesis. Lo cierto es que en las próximas horas, mientras la Unidad de Homicidios del MPA busca pistas que lleven a los autores del crimen, el gobierno provincial tendrá que prestar atención a cada detalle de lo que pase en una Rosario que no puede escapar a la espiral violenta en la que entró hace tiempo.

En esa línea, una fuente con acceso a temas penitenciarios aportó un dato que podría ser apenas una coincidencia, pero que inquietó a la gente del Ministerio de Seguridad: Facundo “Lapo” Almada, condenado en 2022 en otro de los juicios que enfrentó Alvarado y que estaba detenido como preso de alto perfil, pidió ser trasladado al Hospital Psiquiátrico Agudo Ávila, a pocos metros de la Facultad de Medicina. “No nos sobran los móviles y ahora encima tenemos que sumar custodia por este tema. Habría que prestar más atención a las domiciliarias y salidas de este tipo que conceden los jueces”, fustigó en off un funcionario calificado.

Mientras estas líneas son publicadas, al finalizar el domingo, la cuadra de Corrientes al 1800 donde está siendo velada Nasca, está llena de policías del grupo GIRI. La medida fue tomada en prevención de un posible atentado.

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