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Judiciales

Quién es el financista cercano a Chiqui Tapia, sospechado de lavar dinero en Financiera Sur

Ariel Vallejo, dueño de Sur Finanzas y figura ascendente en el círculo económico del fútbol argentino, quedó bajo la lupa judicial tras una serie de allanamientos realizados este martes en sucursales de su empresa, su domicilio y oficinas ligadas a su red de negocios. El operativo, ordenado por la Justicia federal de Lomas de Zamora, se da en medio de una investigación por presunto lavado de dinero y evasión impositiva que involucra maniobras millonarias, empresas fantasma y un entramado de “soldaditos” y monotributistas en situación de indigencia, que habrían sido utilizados como pantalla. En referencia a este último dato, una fuente consultada por RedBoing le dijo a este medio: “El primer resultado de los allanamientos es que hay mil personas que se quedaron sin trabajo y no hablamos de algo formal, sino de ese vínculo irregular de los que se creen que hacían de pantalla”.

El caso judicial ya se había iniciado hace tiempo, pero aceleró tras la polémica por el pasillo de espaldas que hicieron los jugadores de Estudiantes de La Plata a Central antes de su partido en el Gigante de Arroyito. Esa situación extremó la tirantez que ya existía entre la la conducción de la AFA y el gobierno nacional, que ordenó acelerar con las investigaciones contra Tapia. En ese marco, se entiende la velocidad con la que se instruyen ahora las medidas cautelares contra Vallejo.

Vallejo saltó a la escena pública gracias a su cercanía con Claudio “Chiqui” Tapia, presidente de la AFA. Su empresa pasó de ser una financiera barrial del Conurbano a instalar sucursales en distintos puntos del país, esponsorizar clubes y aparecer en cada vez más fotos con dirigentes deportivos. Ese crecimiento, descripto como meteórico, es justamente lo que despertó sospechas en organismos de control: la Dirección General Impositiva detectó movimientos por miles de millones de pesos a través de estructuras con poca o nula capacidad económica real. En las últimas horas, además de las oficinas de Sur, se allanó la sede del club Banfield. Entre otras cosas, la justicia está tratando de recorrer el entramado que le permitió a San Lorenzo pagar los sueldos en los últimos meses.

La empresa de Vallejo pasó de ser una financiera barrial del Gran Buenos Aires a instalar sucursales en distintos puntos del país, esponsorizar clubes y aparecer en cada vez más fotos con dirigentes deportivos.

Entre los datos más explosivos de la investigación aparece el uso de personas en situación de extrema vulnerabilidad para mover fondos. Según los informes elevados a la Justicia, aparecieron monotributistas que habrían declarado no conocer a Vallejo ni tener actividad comercial alguna, lo que sugiere la existencia de un mecanismo de blanqueo por interposición de terceros: un clásico circuito de lavado en el que se utilizan personas de bajos recursos como “testaferros involuntarios”.

La red que investiga la Justicia también incluye sociedades recién constituidas, casas de cambio de perfil bajo y una supuesta constructora que habría facturado más de seis mil millones de pesos sin actividad demostrable. Parte del dinero —según sospechan los investigadores— habría circulado luego hacia clubes de fútbol, contratistas y estructuras de financiamiento informal que, en algunos casos, muestran vínculos políticos directos con sectores del peronismo.

El financista Vallejo junto a los Tapia padre e hijo.

Negocios, fútbol y política

Ese cruce entre negocios, fútbol y política es clave para entender el caso. Su ascenso económico coincidió con el fortalecimiento de su rol como actor del ecosistema futbolero: presencia en eventos de AFA, cercanía con Tapia, aportes como sponsor y un discurso público que lo presentaba como “la billetera del fútbol”.

Vallejo, por su parte, se presentó ante el juzgado, designó abogado y entregó su teléfono celular para peritajes. Dice estar “a disposición” y sostiene que su crecimiento se explica por inversiones, expansión comercial y acuerdos legítimos con clubes. La Justicia, sin embargo, analiza un circuito que parece demasiado grande para su estructura declarada y que involucra a personas sin capacidad económica, empresas sin actividad real y movimientos multimillonarios difíciles de justificar.

El caso promete avanzar rápido y puede convertirse en uno de los escándalos financieros y futbolísticos más resonantes de los últimos años. La pregunta que sobrevuela en los tribunales, en la política y en el fútbol es la misma: ¿cómo logró crecer tan rápido Ariel Vallejo —y quiénes se beneficiaron con ese ascenso meteórico?

Vallejo comprando en una joyería en Miami.

 

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