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Argentina

Quién fue Enrique Shaw, el empresario argentino proclamado beato por el Papa

El papa León XIV aprobó el decreto que reconoce el milagro atribuido a la intercesión del empresario argentino Enrique Shaw, fiel laico y padre de familia, dando un paso clave hacia su beatificación y destacando su legado de fe, compromiso social y liderazgo cristiano en el mundo empresarial.

El papa León XIV aprobó este miércoles 18 de diciembre el decreto del Dicasterio para las Causas de los Santos que reconoce el milagro atribuido al venerable empresario argentino Enrique Shaw, un fiel laico, padre de familia y referente del empresariado cristiano en el país. Con esta decisión, la Iglesia Católica dio un paso decisivo hacia su beatificación.

Shaw nació el 26 de febrero de 1921 en París, Francia, y murió el 27 de agosto de 1962 en Buenos Aires. Su figura es considerada excepcional por haber llevado una vida de profunda fe cristiana en el mundo empresarial, aplicando los principios de la Doctrina Social de la Iglesia en la conducción de empresas y en su compromiso con los trabajadores.

El milagro reconocido por el Vaticano

El decreto aprobado por el Papa reconoce un milagro atribuido a la intercesión de Enrique Shaw: la curación científicamente inexplicable de un niño que sufrió una lesión craneana gravísima tras ser golpeado por un caballo.

El hecho ocurrió el 21 de junio de 2015, en un campo de la localidad bonaerense de Suipacha, cuando un niño de cinco años recibió una violenta patada en la cabeza. El pronóstico médico era extremadamente grave. Sus padres, vinculados a la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), rezaron fervientemente pidiendo la intercesión de Shaw.

De manera inesperada, el niño se recuperó sin secuelas y volvió rápidamente a su vida normal. Hoy, convertido en adolescente, lleva una vida plena, sin explicaciones médicas que justifiquen su recuperación, lo que llevó a la Iglesia a reconocer el hecho como milagroso.

Un largo camino hacia la beatificación

El proceso canónico avanzó en distintas etapas. En abril de 2021, el papa Francisco autorizó el decreto que reconocía las virtudes heroicas de Enrique Shaw. En enero de 2025, el presunto milagro superó la instancia médica.

Luego, el 17 de junio, la Comisión de Teólogos del Dicasterio aprobó de manera unánime la validez de la intercesión. El 16 de diciembre, la Asamblea de obispos y cardenales emitió un parecer favorable, y finalmente el 18 de diciembre, el papa León XIV dio la aprobación definitiva al decreto que habilita su beatificación.

Una vida marcada por la fe y el compromiso social

Enrique Shaw quedó huérfano de madre a los cuatro años y fue educado bajo la guía de un sacerdote, según el deseo de su padre. Estudió en el Colegio De La Salle e ingresó luego a la Escuela Naval Militar, donde fortaleció su vida espiritual y su vocación apostólica.

En 1943 se casó con Cecilia Bunge, con quien formó una familia de nueve hijos. Dos años más tarde pidió la baja en la Armada Argentina para seguir su llamado vocacional, decidido a llevar el Evangelio al mundo del trabajo y la empresa.

Fue director delegado de Cristalerías Rigolleau S.A., donde se destacó por su cercanía con los trabajadores y su preocupación genuina por cada empleado, a quienes consideraba hermanos. Su vida demostró que era posible conducir empresas con eficiencia y, al mismo tiempo, con justicia social y compromiso cristiano.

Un legado que trasciende generaciones

Shaw fue uno de los fundadores y primer presidente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE). También integró el primer Consejo de Administración de la Universidad Católica Argentina (UCA), trabajó activamente en la Acción Católica Argentina (ACA) y el Movimiento Familiar Cristiano (MFC), y promovió la sanción de la Ley de Asignaciones Familiares.

Su testimonio sigue siendo un faro para el empresariado argentino y latinoamericano. La proclamación de su beatificación lo convertirá en uno de los pocos empresarios laicos reconocidos por la Iglesia como modelo de santidad en la vida cotidiana.

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