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Rosario

Cómo fueron los últimos minutos del joven músico asesinado frente a la cancha de Newell’s

El joven de 28 años, músico, viajero y malabarista, no tenía vinculación con la barra leprosa.

No entiendo nada. Tengo mucha bronca, mi hijo no tenía nada que ver con nada de ninguna barra de fútbol”, repite Daniel, el padre de Lorenzo Altamirano, el joven ejecutado el último miércoles por la noche frente a la cancha de Newell´s, en un crimen que conmocionó al país. Habla con RedBoing pocas horas después de haber enterrado a su hijo y en medio del dolor trata de buscar una explicación. 

En las ropas del joven que dejaron tirado en la puerta 6 del Coloso “Marcelo Bielsa” tras ejecutarle tres disparos, había una nota en papel que decía: “Gomez, Escobar y Vinardi, dejen de mandar a pibes del club a tirar tiros en Rosario”. Los tres apellidos tienen vinculación con Los Monos y con facciones del paraavalanchas de Newell’s, pero la víctima no tenía ninguna relación con la interna leprosa ni con el fútbol.

Esto fue dicho por los amigos de Lorenzo, sus compañeros de banda y su familia. “Es más, era antifútbol”, coincidieron. Desde el MPA confirmaron el dato: “Tenemos un mapa de la barra, con todos sus actores. Y él no aparece en ninguno. No hay fotos de él en la cancha, ni nada que lo relacione con esos carteles que aparecieron, el que dejaron en su ropa y el otro que dejaron en la Comisaría de Villa Gobernador Gálvez un rato antes, cuando atacaron un patrullero”, aseguró la fuente de Fiscalía que habló con RedBoing.

En las primeras horas, la investigación por la muerte del músico y malabarista de 28 años corrió por cuenta del fiscal Ademar Bianchini, de turno en esa noche del crimen. Luego, por la complejidad del caso y la presunta vinculación con causas que ya pasaron por el MPA, se hicieron cargo los integrantes de la Agencia de Criminalidad Oreganizada, en la que están los doctores Matías Edery y Luis Schiappa Pietra.

La pregunta que surge entonces es: ¿Por qué mataron a Altamirano si no tenía nada que ver con la interna de la barra, ni con Los Monos? La hipótesis más firme hasta ahora es que podrían haberlo usado como “envase” para dejar el mensaje mafioso y lograr más conmoción que si se dejaba una nota suelta, o una balacera sin víctimas.

Socios de Newell’s salieron a la calle tras los disparos y pedían ayuda por Altamirano. Eran las 22.49

Los últimos minutos

Un dato que ya tiene Fiscalía es que Altamirano había estado todo el día con sus amigos y que desde muy temprano se había quedado sin batería en el celular. “Era medio colgado con el teléfono”, dijeron sus amigos.

Otra información que dieron sus allegados es que luego del ensayo de “Bombas de rabia”, el grupo de punk rock en el que Altamirano tocaba el bajo, él acompañó a la cantante de la banda a esperar el colectivo en Oroño y 27 de Febrero. “A eso de las diez de la noche, ella se sube al bondi y él se va caminando para el oeste por 27”, fue la última que lo vio con vida, reveló una fuente con acceso a la causa.

A las 22.31, una de las cámaras que ya se pudo revisar lo habría detectado caminando a la altura de Lagos. Y dieciocho minutos después, a las 22.49, entró la primera llamada al 911 alertando sobre tiros en la zona del estadio leproso. Un rato más tarde, alguien denunciaba el incendio de un auto en Francia y Rueda: era la misma Renault Sandero negra que había llevado a Lorenzo hasta la cancha antes de ejecutarlo. Todo pasó en pocos minutos y en pocas cuadras. Por eso va a ser clave la información que puedan tener las cámaras públicas y privadas de la zona.

Un dato a confirmar es si a Altamirano lo chuparon al voleo, como denuncian sus amigos o si conocía a sus victimarios. Para confirmarlo, se deben encontrar las imágenes del momento en el que entra a la Sandero, para saber si fue voluntariamente o si lo forzaron. “La autopsia puede dar una pista si es que tiene golpes en el cuerpo, aunque también podrían haberlo apuntado con un arma sin golpearlo”, deslizó una fuente de Fiscalía. También será crucial el resultado de la pericia sobre el teléfono de la víctima.

Este domingo a las 17 hs, amigos y familiares de Altamirano se reunirán para pedir justicia. La convocatoria será en la esquina de Oroño y 27 de Febrero, el último lugar en el que se lo vio con vida al joven músico y malabarista.

El ataque previo

Los parrilleros del estadio de Newell’s, escenario del crimen del miércoles, iban a estar cerrados en la noche siguiente. Según se había informado desde el club, el motivo eran las tareas de mantenimiento en una de las columnas de luces del estadio. Sin embargo, los suspicaces veían en ese cierre anunciado la prevención ante un hecho violento.

Es que una semana antes, había habido una persecución en moto y balacera a uno de los comensales que había cenado ahí mismo: la víctima esa vez había sido Walter Maciel, conductor de un Audi A5 blanco, emboscado en la esquina de Ovidios Lagos y Jorge Cura con diez balazos. Dos de ellos habían impactado en su abdomen y por eso el herido todavía está en el HECA.

La moto persiguiendo al Audi de Maciel, cercano al jefe de la barra leprosa. Segundos después, le dispararía diez veces.

Según datos de Fiscalía, Maciel es allegado al que sería hoy uno de los actores de peso en la barra de Newell´s: “DibuGómez, uno de los tres apellidos que tenía la nota que dejaron en el bolsillo del asesinado una semana después. “Otro de los que maneja a los pibes de la hinchada es ‘PupitoAvalle“, explica una fuente que conoce el movimiento del paraavalanchas de la Lepra.

“La cancha es en realidad una excusa para otros negocios que tienen: los recitales de La Renga y de L-Gante fueron más visibles, porque se hicieron ahí. Pero también se consigue mano de obra para balaceras y extorsiones, para la venta de droga. Eso es lo que está en juego, en relación con gente de Los Monos. Por eso la nota que tenía Altamirano también nombraba a Vinardi y Escobar, como el papel que dejaron en la Comisaría de Villa Gobernador Gálvez un rato antes”, confían investigadores del caso a RedBoing.

Unos minutos antes de la muerte de Altamirano, alguien atacó a balazos patrulleros en Villa Gobernador Gálvez y se dejó allí una nota con los mismos nombres que aparecerían luego en la ropa del joven ejecutado frente al estadio.

En la madrugada del sábado, enrareciendo todavía más el clima, hubo dos balaceras en la zona sur: los blancos elegidos fueron la sede de la Agencia de Investigación Criminal y el Sindicato de la Carne, en el barrio Saladillo. En realidad, en el primero de los lugares hubo un “error” en los disparos, porque se terminó dando contra el cajero en el que cobra el personal de la AIC y del Polo Tecnológico, cuyo ingreso fue dañado.

Además de las vainas servidas, personal policial encontró notas que decían: “Eri Masini, Leandro Vilches dejen de pasarle datos a los fiscales, botón mata concha”. Los nombrados son laderos de “Guille” Cantero y están ambos presos en cárceles federales.

Baleraron el ingreso del Polo Tecnológico, cuyo vecino es vecino del de la AIC.

Los nombrados también disputan el manejo de la barra leprosa, son laderos de “Guille” Cantero y están presos en la cárcel federal de Rawson. “Están enfrentados con el sector de ‘Dibu’ Gómez y ‘Pollo’ Vinardi, por plata y droga. Esa es la cuestión de fondo, no la cancha”, analizó una fuente que sigue el caso.

Como antecedente, vale recordar que varios de los nombrados hasta aquí fueron sindicado por la justicia federal como responsables del secuestro extorsivo de un joven en Arroyo Seco, a mediados de 2021. Esa causa irá a juicio y en la investigación intervinieron, entre otros, los titulares y auxiliares fiscales de la Fiscalía Federal N°2 de Rosario, Claudio Kishimoto y Franco Benetti.

Ese hecho ocurrió en la noche del 23 de julio de 2021, cerca de un punto de venta de drogas. El presunto organizador del secuestro fue “Pupito” Avalle. La víctima había ido a comprar marihuana y al llegar lo secuestraron, pidiendo rescate de 100 mil dólares a la familia. Tras dos horas, se lo liberó a cambio del pago de 10 mil dólares y joyas. Los nombres de “Pollo” Vinardi y Leandro Vilches también se repiten con participación en este caso, así como el de “Guille” Cantero.

 

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