
En la segunda audiencia del juicio oral contra Claudio Contardi, el exmarido de Julieta Prandi que es juzgado por abuso sexual, este jueves declararon testigos claves, entre ellos, una amiga de la conductora que relató varias situaciones de fragilidad que presenció y una perito oficial que concluyó que fue víctima de violencia psicológica, física, sexual y patrimonial. Por su parte, la modelo se expresó ante la prensa en la puerta de los tribunales donde se lleva adelante la causa: “No hay condena que valga por los años de vida que me robó“.
Tanto la defensa como la querella presentan en la jornada los testimonios de allegados y expertos ante los jueces Daniel Répolo, Lucia Leiro y Mariano Aguilar, luego de que en el inicio del juicio -el miércoles último- el acusado negara todos los hechos que se le imputan -y dijera que “todas las relaciones fueron consentidas“- y la denunciante narrara “el calvario” vivido, afirmando que “los abusos comenzaron mientras dormía” y “era parte de su modus operandi“.
En esta nueva cita en el Tribunal Oral en lo Criminal N°2 de Zárate-Campana, declaró Verónica Maciel, quien tiene relación con Prandi desde que sus hijos compartían el jardín de infantes. Contó que fue testigo de una transformación profunda en la actriz y que una vez fue a su casa de Martínez y la vio desdibujada, angustiada y sin poder sostener la mirada.
“Quédate tranquila, voy a estar bien“, le habría dicho entonces, y tiempo después Maciel reveló que se enteró de lo que había vivido, algo que -según sus dichos- la víctima contaba con mucha vergüenza. “Estaba desesperada, no tenía plata para pagar medicación para su hijo que tenía neumonía. No tenía comida en la heladera“, indicó. Además, recordó que Prandi le contó acerca del abuso sufrido y que ya no tenía control sobre su economía. Al igual que luego ratificaron tanto una psicóloga de parte como una perito oficial, manifestó que, en su opinión, sería incapaz de hacer una denuncia falsa.
Por otra parte, a pedido de la defensa, se presentó Ángel Orlando Pelozo, un guardia de seguridad del barrio Septiembre, en Escobar, donde vivía la expareja cuando estaban juntos. Dijo a los magistrados conocer a ambos por su trabajo en ese lugar desde hace 25 años y afirmó que nunca vio nada raro en los controles de ingreso a la vivienda. No obstante, no aportó elementos de relevancia sobre los hechos denunciados.
Asimismo, el abogado de Prandi informó que se solicitó una nueva “perimetral” contra Cotardi. Desde el interior de la sala, trascendió que la actual pareja de la denunciante, Emanuel Ortega, reveló situaciones ultrajantes atravesadas por su actual mujer con quien fuera su esposo, a quien consideró “un criminal capaz de hacer cualquier cosa“.
En tanto, se espera que este viernes sea la tercera y última audiencia, donde las partes expondrán sus alegatos y el tribunal dictará su sentencia. En esta instancia de cierre, se evaluarán las declaraciones, se interpretarán las pruebas presentadas y se harán las solicitudes de parte al tribunal, tanto para una condena -desde la querella– como para que llegue a una decisión favorable al acusado, desde la defensa.
El último miércoles se vivieron momentos de mucha tensión y angustia cuando Contardi declaró -después de que se le negara a su defensa un pedido de nulidad- y aseguró que su exmujer “miente” por, según su opinión, un “interés económico“. No obstante, está imputado por presunto abuso sexual con acceso carnal agravado por causar un grave daño en la salud mental.
A su turno, Prandi narró el “hostigamiento sexual” que vivió hasta separarse. “Contar este infierno en un rato es imposible. Recordó que cuando nació su primer hijo “empezaron las agresiones verbales” y alertó: “El control fue cada vez peor, era un control absoluto sobre mí. Me esperaba en las productoras, era un infierno“. En cuanto a los abusos, indicó que iniciaron “con una demanda” de lo que le “correspondía como esposa” y que era “cuando dormía”.
“Yo sentía que me iba a matar si no tenía relaciones con él”, aseguró Prandi y añadió: “Me separó de mi círculo de amigas. Hizo que yo me peleara con mi hermana porque me convencía de que quería levantárselo a él, que tenía intenciones de estar con él, pero era exactamente al revés. También, cada seis meses me hacía cambiar el número de celular“.
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