Para conmemorar el Día Internacional de la Poesía, Nacho Russo y el equipo de Todo Pasa de Radio Boing, dialogó en exclusiva con Silvio Soldán. “De chico, mis viejos hicieron un periplo grande. Primero Santa Fe, después Rosario, San Miguel y finalmente Capital Federal. Mis viejos eran muy pobres, mi mamá era ama de casa cuando podía y si no trabajaba en lo que pudiese y mi viejo era simplemente un obrero”, comenzó diciendo sobre su infancia.
“Yo era hijo único por eso dejaron mi pueblo, Colonia Belgrano para que yo pudiera estudiar, porque ellos ya entendían que estudiando se podía progresar, mirá vos que lindo“, agregó. En este sentido, sostuvo: “Poesías comencé a escribir cuando estaba en primer año, tal vez un poquito antes, pero en ese momento me rebuscaba un poquito más”.
“Cerca de la escuela había un bar donde nos juntábamos con mis compañeros y siempre había alguno que se acercaba y decía: ‘Mirá, conocí a una chica, escribime algún versito, alguna cartita algo’, a lo que yo respondía que le iba a costar un café con leche y tres medialunas”, contó y aclaró: “Me las tenía que rebuscar de alguna manera porque no había plata”.
En este contexto, comentó: “Me salían cosas, a los chicos le gustaba, yo no me considero un poeta, es más no sabía que hoy era el día de la poesía. Lo hago, o lo hacía, hace mucho que no escribo”.
“En la primera luna nos dimos al placer, en la segunda luna sorpresa por saber, en la tercera luna tratar de comprender y en la siguientes lunas, proyectos a granel. Desde la cuarta luna sonríes dulcemente, pensando en el futuro del niño por nacer. En la quinta luna, tus ojos se empañaron el día que te revelaron el sexo que tendrá. Desde la sexta luna, tu cara, tu figura, tu cuerpo, tu cintura todo empieza a cambiar. En la séptima tu piel y tu hermosura, tus frágil estructura cambiaron por demás. en la octava te cuesta desplazarte, te cuesta caminar y en la novena luna con cálida ternura, le cantas en la cuna a ese niño que nació”, recitó Soldán ante el atento oído del equipo de Todo Pasa y de la audiencia de Radio Boing.
“En el mejor momento de Feliz Domingo estábamos entre diez y doce horas por día. Desde el mediodía hasta la medianoche, a veces nos pasábamos un poco”, contó. Luego, reveló que todas sus frases fueron generadas de forma espontánea: “Los dos a la final, un programa hecho coooon, amorrr, diez segundos sin repetir ni sin soplar. Y así tantas otras que fueron surgiendo así, de forma espontánea”.
La charla con el equipo de Radio Boing se extendió durante más de 30 minutos, donde Silvio Soldán habló sobre muchísimos temas y contó varias anécdotas de su vida.
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