
Durante su intervención en la tercera jornada del 61° Coloquio de IDEA, que se desarrolla en Mar del Plata, el ministro de Modernización, Federico Sturzenegger, lanzó una frase que no pasó desapercibida: “Cuando Dios creó el mundo y la cordillera, puso todos los minerales del lado de Chile. O la segunda hipótesis: somos unos pelotudos”.
Con esa afirmación, el funcionario buscó ilustrar lo que considera una oportunidad desperdiciada por Argentina en materia de minería, al tiempo que reclamó por la falta de acción del empresariado frente a las herramientas que —según él— ya ha puesto a disposición el gobierno.
Sturzenegger aseguró que Argentina está camino a tener una de las energías más baratas del mundo, lo que representa una ventaja competitiva clave, y anticipó que sectores como la minería vinculada al transporte podrían despegar una vez que el país logre estabilizarse. Sin embargo, remarcó que eso no será posible sin reformas estructurales de fondo. “Hace 10 años que vengo a IDEA a hablar del tema laboral. El gobierno les da a ustedes la libertad para rediseñar el contrato laboral y no hacen nada”, disparó el ministro frente a un auditorio colmado de empresarios.
En ese tono, recordó que en la edición anterior del Coloquio recibió un listado de 210 regulaciones que podían eliminarse, de las cuales 94 ya fueron resueltas o están en vías de solución. Pero señaló que, pese a eso, los avances concretos en materia laboral son escasos: “No les voy a pedir que levanten la mano porque ya sé que nadie hizo nada”.
También reconoció que en la Argentina el trabajo tiene una alta carga impositiva y advirtió que “se discute más la baja de retenciones que la de los impuestos al trabajo”. Además, apuntó contra los costos ocultos en los convenios colectivos que, según dijo, terminan erosionando el salario real de los trabajadores.
Con un estilo directo, irónico y cargado de crítica, Sturzenegger dejó en claro que, desde su perspectiva, el país tiene las herramientas para crecer, pero no las está usando. Y remató con una frase que dejó incómodo a más de uno en el auditorio: “Bueno muchachos, tal vez no es tan grave ese problema, porque si no no se entiende, o quizás están esperando otra cosa”.
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