La muerte de Gerardo Rozín se siente con fuerza en Rosario. Pese a que forjó una carrera en los medios de comunicación de Buenos Aires, el periodista jamás olvidó dónde inició. Por eso, llevó a la ciudad a cada ciclo que encabezó. Entre ellos, destacan Sábado Bus, La Peña de Morfi y Gracias por venir, Gracias por estar.

En este marco, Alejandro García Conde, amigo y colega del detrás de cámara, homenajeó al conductor en Lo Mejor de Todo por Radio Boing. Además de describirlo como una persona “incondicional y “capaz de hacer cualquier cosa”, el productor se refirió al amor que el conductor le tenía a sus orígenes.
“Convirtió un lugar de mucha pelea en amor y bajó la escala humana. A partir de la cultura general y de los climas que generaba, podía entrevistar a cualquiera haciéndolo sentir cómodo. Tenía la cabeza como para dejar con la guardia baja al que sea que tuviera enfrente”, comenzó en diálogo con Sergio Gómez Quintana.

Luego, recordó la última vez que tomaron un café: “Fue frente al Monumento. Ahí, bromeó con que sería nuestro encuentro final y yo le dije que se dejara de joder. Pese a todo, nunca perdió el humor”. Y agregó: “Si tuviese cinco minutos más con él, le diría que el recorrido que hicimos juntos me hace sentir orgulloso”.
“Era un rosarino de ley, amaba mucho esta ciudad y todos sabían de ese cariño incondicional. Era un militante de nosotros en Buenos Aires”, continuó.
En la misma línea, reveló que después de contarle sobre su enfermedad, el presentador le aseguró que “ya había hecho todo lo que quería”. “El sueño que teníamos de pibes, de jóvenes apasionados por la tele, lo pudimos cumplir”, siguió.

Para finalizar, comentó que el miedo más grande de Rozín era “decaer poco a poco”. “El universo le puso un desafío: saber que estas viviendo el final de tu vida”, concluyó García Conde.
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