Tras pelear por su vida durante dos semanas, este lunes a la madrugada falleció Miguel Esteban Contreras, el camionero de 44 años que sufrió la mordedura de una serpiente yarará a principios de diciembre. El hombre, oriundo de Bahía Blanca, se encontraba internado en grave estado luego de que el veneno le provocara complicaciones irreversibles en su organismo.
El incidente ocurrió el pasado 6 de diciembre cuando Contreras detuvo su marcha en la zona de Cipolletti para ir al baño. Según el relato de su hija, Oriana, el conductor sintió una picadura en la oscuridad pero, al no ver qué lo había atacado, decidió continuar con su recorrido. La falta de un tratamiento inmediato resultó fatal.
Un cuadro irreversible
Horas después del ataque, el estado de salud del camionero se deterioró rápidamente. Contreras comenzó con fuertes dolores en los riñones y en una pierna, y llegó a toser sangre, lo que lo obligó a pedir auxilio al personal de la Caminera. Los agentes lo trasladaron de urgencia al Policlínico de Cipolletti, donde los médicos le aplicaron el antídoto específico, aunque la demora en la atención ya había comprometido sus órganos.
Durante los días de internación, el veneno permaneció activo en su cuerpo, provocando un descenso abrupto de los glóbulos rojos. Esta situación obligó a los profesionales a realizarle transfusiones de sangre de manera constante, pero el cuadro de gravedad extrema terminó en una descompensación terminal este lunes.
Traslado y prevención
El cuerpo del trabajador será trasladado en las próximas horas hacia Bahía Blanca para el último adiós de sus familiares.
Los especialistas en toxicología advierten que, ante cualquier sospecha de mordedura de serpiente, la consulta médica debe ser inmediata. En el caso de la yarará, el veneno actúa rápido afectando la coagulación de la sangre y los tejidos, por lo que cada minuto cuenta para que el suero antiofídico cumpla su función de manera efectiva.

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