El canalla debutó en la Copa Libertadores con un triunfo en casa ante Peñarol, con un gol de Quintana al final del primer tiempo que se gritó fuerte en Arroyito y que sirvió para abrochar los primeros tres puntos en un grupo que promete estar peleado hasta el final. Pero más allá del balance en lo deportivo para el elenco que dirige el eterno Miguel Russo, los próximos días serán claves para saber qué definirá la Conmebol a partir de los graves incidentes que se produjeron en el estadio, antes y después del partido.
Poco antes de la medianoche y cuando todavía no se habían apagado las luces del Gigante, Central emitió un comunicado informando que cuando se logre identificar a quienes tiraron vallas en la popular de Génova y un elemento contundente en la cara de uno de los jugadores uruguayos, a los responsables se les aplicará derecho de admisión y eventualmente serán expulsados del club.
Cabe recordar que las sanciones que le podría aplicar Conmebol a Central van desde una simple advertencia hasta la propia expulsión del club de la actual o próximas ediciones de la Copa. Según los artículos 13 y 18 del reglamento con el cual se juega el torneo más importante del continente, por el “lanzamiento de objetos” los canallas podrían ser sancionados también con una multa económica de hasta 400 mil dólares, que sería el mejor escenario para el club que preside Gonzalo Belloso. El próximo partido que Central tiene de local en la Copa es dentro de poco más de un mes: el 7 de mayo, por la fecha 4, contra Mineiro.
Otras sanciones que prevé el reglamento son la quita de puntos, la obligación de repetir un partido o la eventual retirada del premio que haya ganado uno de los equipos, pero no es el caso de lo que pasó entre Central y Peñarol, porque los incidentes ayer se dieron antes y después de los 90 minutos de juego. Es cierto que Maximiliano Miranda, uno de los jugadores del Carbonero, fue agredido con algo que le tiraron desde la platea baja del río, que le pegó al lado de un ojo y debió ser internado en un sanatorio para observación, pero el hecho no modificó el resultado del partido.
Como datos recientes que se puedan tomar como parámetro, Peñarol en 2022 se cruzó con Colón en la fase de grupos y hubo incidentes en los dos partidos. En Santa Fe, un policía resultó herido cuando una parte de la barra sabalera intentó entrar por la fuerza a la cancha. Esa noche, un hincha uruguayo también recibió un disparo. En los siguientes partidos, una parte del Cementerio de los Elefantes fue clausurada. En la vuelta en Montevideo, hubo peleas dentro del estadio de los “Manyas” entre los locales y los hinchas santafesinos. Conmebol aplicó multas económicas. Con estos antecedentes, al Gigante podría caberle una reducción en su capacidad para los próximos partidos de local, con la clausura parcial de la zona donde hubo violencia: la popular de Génova y la platea del río.
Las vallas a la gente de Peñarol
Cuando el estadio recién empezaba a llenarse, varios usuarios de redes y los canales deportivos que transmitían la previa mostraron una imagen que rápidamente se viralizó: un puñado de hinchas de Central tirando vallas desde la popular alta de Génova hacia abajo, adonde estaba la parcialidad de Peñarol. Un bochorno, que podría haber terminado en tragedia. El episodio se había iniciado con los uruguayos tirando bengalas y bombas de estruendo contra la bandeja superior, pero fue respondido desde arriba con una violencia extrema.
Lo insólito es que entre una hinchada y otra había apenas un grupo reducido de empleados de seguridad privada, con chalecos amarillos. Y uno de ellos casi cae de la bandera superior, en medio de los incidentes. Sobre este tema, una fuente del gobierno provincial que participó de las reuniones en las que se diseñó el operativo de seguridad, le confió a Red Boing: “Gran parte de lo que salió mal ayer fue por responsabilidad de la Conmebol. Ellos no quieren más esas imágenes de los años ’70, con grescas de veinte jugadores y escudos policiales separando. Hoy la Libertadores es un producto que se vende a todo el mundo y ellos quieren que sus torneos se parezcan a la Champions. Por eso no quieren que haya policías dentro de la cancha. Nosotros habíamos sugerido otra cosa, pero no la aceptaron”.
Cuando ya se habían tirado las vallas, se formó un cordón de policías en el borde de la bandera superior de Génova. “Lo hicimos sin pedir permiso a Conmebol, porque si no hubiera habido una masacre. No quedaba otra”, amplía la misma fuente. Que explica también que la responsabilidad de haber ubicado a los uruguayos en el rincón del corner contra el río fue decisión de Central, para sumar más gente en el estadio. “Nosotros habíamos planteado que la gente de Peñarol quede en el medio, abajo del Autotrol, con un pulmón de cada lado. Y separando a la de abajo y los de arriba, chapa o acrílico para que no pase lo de ayer. Esto último es lo que se hizo siempre”, detallaron desde la provincia.
La agresión a Miranda después del partido
Consumado el triunfo canalla, los jugadores de Peñarol se acercaron a saludar a su hinchada. Y en ese momento desde la platea del río le tiraron con un objeto contundente a Maximiliano Miranda, uno de los suplentes del Carbonero, que lo hirió en su pómulo izquierdo. Uno de los dirigentes de Peñarol dijo, minutos después, que le habían dado con un encendedor. Más tarde en redes sociales, el propio jugador agredido publicó que había sido un piedrazo.
“Ahí habrá que sancionar al que tira, pero también hay un dato sobre la prevención que se podría haber hecho y no se pudo. En los partidos del torneo local, lamentablemente, se repiten los momentos en los que agreden con encendedores o hielo. Y nosotros tenemos que poner policías cuando se patea un corner o se hace un lateral. Ayer eso fue imposible, por el mismo pedido de Conmebol. O sea, no fue una falta nuestra”, argumentan los responsables del operativo policial.
El comunicado de Central
El Club Atlético Rosario Central informa que, debido a los repudiables e inadmisibles hechos suscitados en el partido disputado este jueves 4 de abril de 2024, se encuentra revisando las cámaras y controles de acceso a efectos de identificar de manera inmediata a aquellos simpatizantes -tanto de la parcialidad local como de la visitante- que hubieren incitado y/o protagonizado incidentes y/o actos de violencia.
Una vez identificados, se los sancionará conforme a las más estrictas pautas legales y reglamentarias correspondientes y, en el caso de aquellos implicados que fueran socios de nuestra institución, se les aplicará el derecho de admisión y, eventualmente, se los penará debidamente y se expulsará en forma irrevocable a quien corresponda.
Desde nuestro Club, y tal como pregonamos en nuestras campañas en medios y redes sociales, velamos por un espectáculo sin ningún tipo de violencia, tanto antes, como durante y con posterioridad a cualquier partido. No estamos dispuestos a tolerar este tipo de hechos y seremos implacables contra los inadaptados que atenten contra la integridad de los partidos en nuestro Estadio.
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