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Tres estrenos el último jueves de mayo

Sydney Sweeney, una de las actrices de moda gracias a sus papeles en películas como Con todos menos contigo y Reality y en series como Euphoria y The White Lotus, vuelve a trabajar con el director Michael Mohan luego de la experiencia conjunta de Los voyeristas (2021). El resultado es un film de terror religioso bastante elemental pero bien narrado que encuentra precisamente en la interpretación de esta estrella de 26 años uno de sus principales atractivos.

También dos animaciones: “HAIKYU!! LA BATALLA DEL BASURERO” y “Una jungla de locura 2”. Aquí una selección de reseñas para elegir que ir a ver al cine, porque el cine se ve en el cine.

“Inmaculada”

Hace menos de dos meses se estrenó en salas La primera profecía, precuela del clásico de 1976 en el que una joven estadounidense llegaba a Roma par iniciar su vida de servicio a la Iglesia. El inicio de Inmaculada es muy similar: Cecilia (Sydney Sweeney) es una muchacha de las afueras de Detroit que se ha salvado de forma milagrosa de un accidente en el hielo y que arriba a Nuestra Señora de los Dolores, un convento italiano que data de 1632 para ser ordenada como monja.

El lugar es manejado por el padre Sal Tedeschi (Álvaro Morte), supervisado por unas sádicas y veteranas hermanas de mano dura y entre las internas aparecen personajes bastante amenazantes como Mary (Simona Tabasco) o Isabelle (Giulia Heathfield Di Renzi). La dulce, inocente e inmaculada Cecilia es motivada por la fe y las mejores intenciones, pero poco a poco descubrirá que el lugar esconde secretos y mentiras, confabulaciones y manipulaciones que la tendrán, claro, como protagonista (víctima) principal.

Más allá de las similitudes iniciales con La primera profecía (y en general con muchos exponentes del terror religioso), Inmaculada se sobrepone a sus lugares comunes por la intensa narración que sobre todo en la segunda mitad consigue Michael Mohan, que remite por momentos a la icónica El bebé de Rosemary y a giallos como Suspiria, pero sobre todo por el encanto que Sweeney (aquí también una de las productoras principales que motorizó el proyecto) le suma a un personaje que irá empoderándose de forma progresiva para sobrevivir en un entorno cada vez más violento.

Con un presupuesto muy acotado de 9 millones de dólares, Inmaculada ya recaudó tres veces esa cifra. Está claro que con Sweeney nació una estrella. ¿Habrá nacido también una nueva saga de terror? El tiempo dirá…

DIEGO BATLLE

EN LOS COMPLEJOS SHOWCASE, HOYTS, CINÉPOLIS Y MONUMENTAL.

 

“HAIKYU!! LA BATALLA DEL BASURERO”

Shoyo Hinata se une al club de voleibol de la preparatoria para ser como su ídolo, un antiguo jugador de Karasuno conocido como el “Pequeño Gigante”. Pero Hinata pronto descubre que debe formar equipo con su némesis: Tobio Kageyama. Sus estilos opuestos se convierten en un arma sorprendente, pero ¿podrán derrotar a su rival, la preparatoria Nekoma, en la esperada “Batalla del basurero”, el enfrentamiento definitivo entre dos equipos enfrentados?

EN LOS CINES SHOWCASE, HOYTS, CINÉPOLIS Y MONUMENTAL.

 

“Una jungla de locura 2”

Para evitar confusiones, conviene comenzar con una aclaración: esta Jungla de locura que llega a los cines, es la secuela de una película con el mismo nombre, mismos creadores y mismos personajes que está disponible en Prime Video. Al mismo tiempo, es importante sumar que se basa en una serie de origen francés que no ha tenido repercusión alguna por estas latitudes. Si lo anterior es una fortaleza o una debilidad, queda en la conciencia de cada espectador.

Dicho esto es de entender por qué no hay al comienzo del film una cabal presentación del grupo protagonista; menos nosotros, los conocen todos. A pesar de ello, la historia resulta tan básica y lineal que tampoco hace demasiada falta mucha introducción: a los pocos minutos uno se encuentra inmerso en la mínima trama, aunque todavía se pierda un poco con los nombres del heroico y ecológico equipo.

Los defensores de la jungla son un quinteto de animalitos que está siempre listo para ayudar a cualquier coterráneo en problemas. Entre tarea y tarea descubren que un misterioso personaje ha rociado la selva con una espuma que, ante el contacto con cualquier líquido, inmediatamente explota. La inminente temporada de lluvias amenaza con hacer desaparecer a la selva y a la mayor parte de sus moradores para siempre. Descubierto el plan, el peculiar conjunto (al que se suman dos integrantes, que a la sazón se convertirán en involuntarios protagonistas) decide cruzar el globo para ir en busca de quien inventó el tóxico, con la esperanza de que tenga los conocimientos necesarios para desarrollar un antídoto, volver a la selva, y lograr esparcirlo a tiempo para frenar el proceso de destrucción.

De ahí en más, la acción continuará de la forma más esperable que uno se pueda imaginar, lo que no sería necesariamente un error teniendo en cuenta que es una película orientada al público infantil. Sin embargo, aparecen dos problemas. Su origen televisivo no ayuda a darle una profundidad algo más interesante que lo mínimo indispensable para desarrollar la acción. Una decisión que va a contracorriente de lo que el público se ha acostumbrado a ver en este tipo de propuestas, donde el subtexto es un valor en sí mismo. Aun cuando sus directores aseguran que los adultos encontrarán climas análogos o guiños a sagas como la de Indiana Jones o Jackie Chan, o películas como Point Break o Kung Fu Panda. Pero semejante optimismo choca con lo que brinda la pantalla, que está demasiado lejos de cualquier comparación más o menos seria con alguna de estas referencias.

Entre lo rescatable de Una jungla de locura está la animación de los personajes, el diseño digital de los escenarios, y una edición que aprovecha las nuevas tecnologías pero sin abrumar por exceso. También una historia en la que subyace la importancia de cuidar el planeta y a cada uno de los seres que lo habitan. Todo hilvanado por una sucesión de situaciones tópicas y remanidas a la medida de niños muy pequeños, que seguramente saldrán entusiasmados del cine por el festival de luces y colores que sirve de marco a un grupo de personajes, tan simpáticos e intrascendentes como desconocidos.

GUILLERMO CORAU

EN LOS COMPLEJOS MONUMENTAL, SHOWCASE, HOYTS Y CINÉPOLIS.

 

Fuente: La Nación, Otros Cines, Cinépolis.

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