Un control vial de rutina en las cercanías de Balcarce terminó con una situación que dejó boquiabiertos a los propios agentes de tránsito. Durante la madrugada de este domingo, las autoridades detuvieron a un hombre que circulaba haciendo zigzag a la altura del kilómetro 64,5. Al intentar realizarle el test de alcoholemia, el dispositivo arrojó un mensaje de error inédito: “Desbordamiento de rango”.
El nivel de alcohol en sangre del conductor era tan elevado que superó la capacidad de medición del aparato. Según explicaron los inspectores, los alcoholímetros suelen saturarse cuando el valor excede los 3 o 4 gramos por litro. En este caso, el equipo directamente se bloqueó. Los agentes probaron con un segundo dispositivo para descartar fallas técnicas, pero el resultado fue exactamente el mismo.
El estado del automovilista era alarmante. Al momento de bajar del vehículo, el hombre presentaba serias dificultades para mantenerse en pie y ni siquiera podía modular las palabras para responder a los requerimientos policiales. El auto avanzaba a gran velocidad y realizando maniobras temerarias, convirtiéndose en una “bomba de tiempo” para el resto de los conductores que circulaban por la zona.
Desde el operativo calificaron el episodio como un “peligro absoluto”. El vehículo quedó retenido de inmediato y el conductor fue retirado de la vía pública para evitar un accidente que, dadas las condiciones, parecía inevitable.
Cabe recordar que en territorio bonaerense rige la ley de Alcohol Cero, que prohíbe conducir tras haber ingerido cualquier cantidad de bebidas alcohólicas. Sin embargo, este caso excedió cualquier parámetro habitual de infracción, entrando en una zona de riesgo extremo para la vida propia y ajena.
Este insólito hecho vuelve a poner en el centro del debate la necesidad de controles estrictos en las rutas nacionales, especialmente durante los fines de semana cuando el flujo de vehículos aumenta y las imprudencias al volante suelen multiplicarse.
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