Aunque, el momento más emotivo del cumpleaños de Alfa fue el brindis posterior al almuerzo. Como era de esperar, el agasajado tomó la palabra y no pudo evitar quebrarse cuando se refirió a su estadía en la casa. “Durante muchos años, para mi cumpleaños comíamos paella en el Club de pescadores en Mar del Plata con mis viejos. Hoy estar acá para mí es (especial)… No sabía cómo iba a ser entrar a esta casa. Pensaba que iba a contar historias a la noche, conocerlos y dejarles algo mío. Me llevo más de lo que podía creer. Conocí gente increíble y otra que me fue indiferente“, arrancó diciendo.
Y agregó: “A veces digo que soy viejo, que estoy grande. Pero le puse el pecho igual a las pruebas. A pesar de que fui jodido en algunas cosas, nunca dije nada con maldad. Muchas veces lo que me pasó es que dije ‘son chicos, pucha. Y yo que viví más, les quiero enseñar’. Lo único que puedo decir es gracias. Lo único que faltaría es que esté María y que estén mis viejos, después está todo”.
Luego, visiblemente emocionado, se fundió en un abrazo con Romina y no pudo contener las lágrimas. “Te quiero mucho”, le dijo su compañera y “bastión”, como él mismo la definió.
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