La primera semana del juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa está llegando a su final, y tendrá la declaración de la mujer dueña de la casa donde se hospedaron los ocho rugbiers en Villa Gesell. Además, también testificaran otra decena de testigos que pueden ser clave para reconstruir el escape de los agresores, entre ellos algunos policías que detuvieron a los acusados en el lugar donde se hospedaban.
Mariano Orlando Vivas, policía que actuó en la causa dio un detalle clave que hasta el momento no se conocía. Manifestó que Máximo Thomsen le dijo que la zapatilla ensangrentada incautada en el allanamiento, pertenecía a Pablo Ventura.
Mientras que el fiscal Juan Manuel Dávila, consultó si mientras hacían el allanamiento se involucró a alguna otra persona ajena a las que estaban allí. “Uno de ellos manifiesta que a Pablo Ventura”, dijo Vivas. “¿Sabe quién lo dijo?”, quiso saber el funcionario. “Sí. Thomsen”, afirmó.
De esta forma, se conoce un dato que no era parte del expediente, no figura en la elevación a juicio y la familia Ventura o los fiscales nunca lo supieron. Varias fuentes habían asegurado que los imputados habían mencionado a Ventura y que uno había sido el portavoz de este dato pero no era conocido. Hasta ahora.
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