
El fiscal Ramiro González Raggio imputará esta semana a Luna R. una joven policía de 21 años que trabaja en el 911, detenida por haber filtrado información del sistema de cámaras a un sicario preso en Piñero, que es su pareja y de quien espera un bebé. La detención, de hecho, se produjo en la tarde del lunes en la propia cárcel cuando ella estaba yendo a visitar a su novio, que a su vez tenía conexión con otro delincuente preso en Coronda.
La sospecha de González Raggio es que Luna R. estuvo involucrada en la planificación del ataque a tiros contra un colectivo en septiembre pasado. Pocas horas después de aquella balacera del 5 de septiembre en la esquina de Grandoli y Spiro, en el barrio Tablada en la zona sur de Rosario, había sido detenido Ángel “Soretito” M. un menor de edad, a quien le facilitó el arma Kevin R., el novio de la mujer policía que fue detenida en Piñero.
Por otro lado, fuentes judiciales anticiparon a Red Boing que que un hermano de la mujer policía detenida ayer en Piñero será imputado por el fiscal Pablo Socca, pero en este caso como presunto autor de la balacera de hace dos semanas a Norma Acosta, la mujer que había denunciado en febrero pasado la corrupción policial y que fue atacada pocas horas después de haber estallado el escándalo por la nafta de los patrulleros.

El menor que disparó está libre
Volviendo a la causa en la Un dato que no cayó bien en los pasillos del CJP fue la decisión tomada en esta causa por la Justicia de Menores que liberó a Ángel “Soretito” M., el adolescente de 16 años que se cree que fue quien disparó. El colectivo -un 146- recibió cinco balazos. Eran las ocho de la noche y al producirse el hecho sobre la unidad estaba el chofer con cinco pasajeros, todos ilesos por la mala puntería del tirador.
A aquella investigación la había tenido en el inicio el fiscal Franco Carbone, quien logró detectar que una hora después del atentado al colectivo en Tablada, Carlos “Pelo Duro” Fernández, integrante de la banda de René Ungaro y preso en Coronda donde cumplía condena en una causa por narcotráfico, recibió el dato de que se había concretado la balacera. Como no tenía en ese momento el impacto que esperaban, un rato después de la balacera le mandó desde la cárcel un audio de Whatsapp al menor sicario, ofreciendo otros 50 mil pesos para producir un segundo atentado. Y le pedía: “Que sea un poco mediático”.
En la logística del ataque, Kevin Ramos le dio la pistola al adolescente (su primo). Y se supo que antes de quedar detenido, había tenido gracias a su novia policía datos sobre las cámaras del 911. Cuando fueron allanados Ramos y su primo, se les encontraron 39 envoltorios de cocaína, un chaleco balístico,cinco celulares y cuatro chips.
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