En su declaración como imputado colaborador ante la justicia federal, el financista Fernando Whpei brindó detalles de los pagos en dólares que le hizo llegar entre 2019 y 2021 al entonces juez federal Marcelo Bailaque, para que el magistrado cierre una causa que tenía en su juzgado. El hecho irregular ya se conocía y le valió a ambos la imputación penal, junto al ex jefe de AFIP, Carlos Vaudagna. Lo que ahora trasciende es el video en el que se cuenta cómo se concretó la maniobra por la que se acordó un pago de 160 mil dólares y en la que el primero de los pagos se hizo en un restaurante rosarino.
“Me traen 40 mil dólares, habrá sido a mediados de octubre. Yo tengo el encuentro con Bailaque el 1 de noviembre en un restaurante que se llama Pampa, que ya no está más, adonde íbamos a almorzar habitualmente ahí los viernes. De este tema por teléfono no hablábamos, era siempre personalmente. Yo ahí le entrego los 40 mil dólares, metidos en un estuche de vinos. Habrá sido a las 13.30 hs, en una parrilla muy conocida de Rosario a la que iban muchos ñulistas. Él me dice ‘Yo acabo de hacer un allanamiento, avisale a los muchachos que se queden tranquilos, que todo va ir de acuerdo a lo acordado'”.
Los “muchachos” a los que hacía referencia el mensaje encriptado de Bailaque eran Claudio Iglesias y Jorge Oneto, empresarios a los que el juez les había abierto una investigación a raíz de una denuncia anónima que había llegado a la AFIP. De acuerdo a lo que los fiscales que investigan la maniobra ilegal pudieron reconstruir, aquella denuncia anónima que entró al organismo fiscal había sido urdida por Bailaque y el entonces jefe de AFIP Rosario, Carlos Vaudagna, con la finalidad de “apretar” a los empresarios Iglesias y Oneto: si pagaban, la causa que se les abría se iba a poder cerrar. Los 160 mil dólares que “salía” cerrar el trámite iban a ser cobrados luego por Fernando Whpei, que haría de intermediario.
La investigación que lleva varios meses y conmocionó a la justicia federal rosarina es llevada adelante por un equipo de varios fiscales, entre los que están Juan Argibay Molina, de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC), Matías Scilabra de la PROCUNAR, Diego Iglesias, el fiscal general Sergio Rodríguez y Federico Reynares Solari.
La declaración como arrepentido de Whpei, que tiene como abogado defensor a Renzo Biga, se produjo el pasado 2 de octubre. Tal como lo prevé la figura legal, lo que dice un imputado colaborador ante fiscales que lo investigan debe corroborarse para que luego pueda firmarse un acuerdo en el que disminuye la pena para el encartado, siempre que sus dichos involucren a otros investigados y faciliten el accionar judicial. Lo que sigue es un fragmento del video, al que RedBoing accedió en exclusiva.
Otro de los fragmentos es casi hilarante. Para octubre de 2022, Whpei terminaría de cobrarle a los empresarios extorsionados el saldo que faltaba para cumplir los 160 mil dólares. Era un pago de 25 mil dólares, que Bailaque prefirió que no lleguen a su despacho, porque en ese momento temía que Luis Schiappa Pietra y Matías Edery, fiscales del MPA que venían investigando al narcotraficanteEsteban Alvarado, lo allanen. Es que por esos días, el todavía juez federal rosarino era denunciado por presunta protección al capo narco.
Sin embargo unos meses después, Bailaque se iba a acordar de ese dinero que la parte que aún no había cobrado de la coima que le habían hecho llegar los empresaios extorsionados. Así lo contó Whpei, delante de fiscales federales: “En mayo de 2023, yo organizo mi cumpleaños en el Colegio de Escribanos. Fue el 24 de mayo. Y Bailaque me dice ‘Llevame para tu cumpleaños el saldo que quedó pendiente que tenés en tu casa’. Yo había invitado ocho o nueve muchachos al festejo. Yo tengo un chofer desde hace unos 13 años, Alfonso Carlos Vila. Le digo a él que me cambie el Mercedes por la camioneta Ford, porque íbamos a tener que pasar a buscar a unos amigos para ir a la fiesta. Y le aviso a Alfonso que había dejado en la gaveta de la puerta de la camioneta un sobre con 25 mil dólares, que después le iba a explicar qué íbamos a tener que hacer. ‘Mientra yo me ducho, andá a buscar primero a dos amigos en Puerto Norte’, le expliqué. En eso él habrá demorado unos 25 minutos. Después cuando volvió, pasamos a buscar también a Bailaque. por su departamento de calle Italia entre Cerrito e Ituzaingo. Cuando vamos al Colegio de Escribanos, en Córdoba al 1800, paramos en doble fila porque no había lugar para estacionar. Le pido a mis otros dos amigos que vayan bajando, que nosotros íbamos a estacionar. Y cuando nos quedamos solos con Bailaque y Alfonso, porque los otros dos ya habían entrado al Colegio, le digo al chofer que me alcance el sobre. Hago así para atrás y le doy a Bailaque la plata. Los dos nos bajamos con él al cumpleaños y Alfonso se fue a estacionar. A él, por supuesto, lo aporto como testigo del hecho”.
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