El asesinato de Lorenzo Altamirano en la puerta del estadio de Newell’s el pasado miércoles por la noche conmocionó a todo el país. Aún con muchas incógnitas sobre lo ocurrido, amigos y familiares el joven músico se reunieron en la intersección de 27 de febrero y Oroño, donde fue visto por última vez con vida, para pedir justicia tras su muerte.
Jimi, como era conocida la víctima, salió de ensayar junto a su banda y se retiró por 27 de febrero hacia al oeste después de acompañar a la cantante a tomarse un colectivo. Justamente esta mujer, que no quiso identificarse por temor a represalias, dialogó en exclusiva con RedBoing desde la concentración en inmediaciones del Coloso.
“Salimos de ensayar cerca de las 20.15, tomamos algo pero cuando se largó a llover decidimos irnos. Él me acompañó a tomarme un colectivo cerca de las 21.30, algunos de ellos se quedaron un rato más pero al ratito cada uno se fue a su casa. Sabemos que Jimi siguió solo por 27 de febrero para el lado del oeste y no tuvimos más noticias de él“, sostuvo la vocalista de Bombas de Rabia.
Luego, la joven agregó: “Nosotros nos enteramos por los diarios al otro día, y la familia se enteró por nosotros. Él era músico, artista callejero, no tenía nada que ver con la barra, ni siquiera era de ir a la cancha, no le interesaba el fútbol. Era viajante, tenía muchos amigos en Brasil”.
“Es casi imposible que Jimi haya conocido a las personas que estaban em el auto. Él se iba a su casa, como cada uno de nosotros. No estaba metido en ninguna bronca con nadie, solamente lo levantaron unos soretes (SIC) en el auto y lo mataron. Es terrorífico, me podría haber pasado a mi o a cualquiera. Por eso pedimos justicia, porque él no tenía nada que ver ni con Newell’s ni con bandas narco”, finalizó.
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