
Un brutal ataque con misiles rusos volvió a golpear a la población civil en Ucrania. Al menos 25 personas, entre ellas tres niños, murieron durante la noche del miércoles tras un bombardeo contra la ciudad de Ternópil, en el oeste del país, una región que hasta ahora había estado relativamente lejos del frente principal de la guerra.
Los servicios de emergencia informaron además que 73 personas resultaron heridas, aunque todavía no se precisó cuántos menores se encuentran entre ellas. Las tareas de rescate, que se extendieron hasta el mediodía, continuaron mientras varios vecinos permanecían atrapados entre los escombros.
Edificios destruidos y familias atrapadas
Según el Servicio de Emergencias de Ucrania, dos edificios residenciales de nueve pisos fueron alcanzados directamente por los misiles. Uno se incendió por completo y el otro quedó destruido desde el tercer hasta el noveno piso, dejando escenas de devastación en un barrio densamente poblado.
La primera ministra ucraniana, Yulia Svyrydenko, afirmó que el ataque tuvo como objetivo a civiles: “Los objetivos no eran posiciones militares, sino bloques de departamentos y los lugares donde la gente vive su vida”.
El vocero de las Fuerzas de Defensa Aérea, Yurii Ihnat, indicó que los misiles utilizados habrían sido de tipo Kh-101, lanzados en el marco de un ataque combinado que incluyó misiles Kalibr y armamento balístico.
Un ataque masivo sobre todo el país
El presidente Volodímir Zelensky informó que Rusia lanzó 470 drones de ataque y 48 misiles de crucero y balísticos en un operativo que golpeó al menos a diez regiones de Ucrania.
En Kharkiv, una de las ciudades más castigadas desde el inicio de la guerra, 19 drones impactaron contra zonas residenciales, dejando 46 heridos y destruyendo una treintena de edificios, comercios e instalaciones productivas.
Cortes de energía masivos y un invierno que se acerca
El Ministerio de Energía ucraniano confirmó que los ataques provocaron cortes de electricidad de emergencia en varias regiones. Moscú ha intensificado en los últimos meses los bombardeos contra infraestructura energética y centros urbanos, una estrategia que ya obliga a miles de civiles a enfrentar jornadas de más de 15 horas sin luz, justo cuando las temperaturas empiezan a caer con la llegada del invierno.
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