La ONG Centro de Estudios Interdisciplinarios para la Salud (CEIS) nació desde el dolor para acompañar a quienes desean acercarse al cannabis medicinal. Mariano Malvar, uno de sus fundadores, decidió volcarse a este mundo luego que su madre atravesara un cáncer que terminó con su vida.
El Centro de Estudios Interdisciplinarios para la Salud busca asesorar y acompañar a las personas que deciden iniciar un tratamiento complementario con medicinas derivadas de la planta de cannabis. Promueve la investigación médica y científica del uso terapéutico y/o paliativo del dolor de la planta de cannabis y coordina actividades educativas y formativas dirigidas a la población en general, profesionales y empresas, para impulsar las capacidades individuales e institucionales y combatir la desinformación.
“Hace unos años, cuando mi mamá se enfermó, nos recomendaron el aceite de cannabis para paliar los efectos de la quimio. Empezamos a buscar hasta que conseguimos uno del cual desconocíamos su composición ni el modo de consumo. Hoy, a la distancia, sé que es una locura lo que hicimos”, contó a RedBoing. Y añadió: “Cuando mi madre muere, investigamos en la Universidad Nacional de Rosario qué tenía el aceite. El resultado fue que era un ‘cuasi placebo’”.
En este marco, comenzó a estudiar el proceso por el cual pacientes en todo el mundo mejoraron sus cuadros a partir del consumo. “Me rodeé de gente con gran corazón. Antes de empezar a trabajar con gente nos capacitamos y creamos un grupo interdisciplinario de médicos, psicopedagogas, psicólogos, etc”, destacó. De este modo, crearon una red de productores, a quienes analizan la calidad de sus aceites.
El CEIS oficia de conector entre los usuarios que manifiestan su voluntad de incorporar el cannabis medicinal, los especialistas y los productores. El proceso comienza a partir del acercamiento de una persona a la ONG que se encuentra inscripta en la OMS, estos generan un formulario por el cual llegan a los médicos, los profesionales de la salud estudian cada caso en particular y recomiendan un tipo de aceite.
El paso siguiente es la conexión entre la persona y el productor, en la cual el Centro de Estudios Interdisciplinarios para la Salud sugiere el contacto y no intercede. “Una vez que empieza el proceso nuestro grupo de voluntarios se comunica con ellos casi semanalmente para conocer su evolución y envían la información a los médicos por si se debe ajustar las dosis. Además, acompañamos con el grupo de salud mental”, comentó Malvar.
El CEIS con menos de 6 meses de trabajo ya cuenta con 50 usuarios que se han integrado y proyectan cerca de 200 para 2022. Por este motivo, el último sábado llevaron a cabo un encuentro en busca de nuevos voluntarios que quieran sumarse al proyecto y mejorar por medio del cannabis medicinal la vida de las personas.
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