La primera semana del juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa está llegando a su final, y tuvo la declaración de la mujer dueña de la casa donde se hospedaron los ocho rugbiers en Villa Gesell. Además, testificaran otra decena de testigos que pueden ser clave para reconstruir el escape de los agresores.
Julia Semsey fue la primera en presentarse en esta nueva audiencia, dueña de la casa donde los acusados pararon desde el 16 de enero en la localidad balnearia. La hostería está en el ingreso a la reserva “Carlos Idaho Gesell”, en el límite de la ciudad.
Por otro lado, también declaró la encargada de un hotel cercano al boliche Le Brique, que en el momento del ataque a Fernando estaba en su puesto de trabajo. Andrea Ranno vio pasar a los ocho agresores y aportó datos claves sobre lo ocurrido durante la madrugada del 18 de enero. “Todos se sentían partícipes de ese festejo”, aseguró, y dijo que tras la golpiza a Fernando “venían muy exaltados, muy contentos, contentísimos y felices”.
Del mismo modo, apuntó contra Máximo Thomsen: “El que iba adelante iba con la camisa oscura abierta, bermuda. Iba caminando desaforadamente con puños cerrados, sacado. Los que venían detrás iban muy relajados“.
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Mariano Orlando Vivas, policía que actuó en la causa dio un detalle clave que hasta el momento no se conocía. Manifestó que Máximo Thomsen le dijo que la zapatilla ensangrentada incautada en el allanamiento, pertenecía a Pablo Ventura.
También atestiguarán el dueño de un supermercado cercano que aportó sus cámaras de seguridad, el técnico criminalístico que actuó en el levantamiento de rastros de la camisa de Báez Sosa y otra colega que estuvo a cargo de la recolección de huelas en el primer allanamiento en la casa que alquilaban los imputados.
QUÉ PASÓ EN LA CUARTA AUDIENCIA
La cuarta audiencia del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa se llevó adelante durante este jueves con la declaración de varios testigos claves en la causa. Fueron tres policías, una joven que le practicó maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) a la víctima y comerciantes de la zona.
El abogado Fernando Burlando, que representa a la familia de la víctima, reunió los testimonios que se sumaron este jueves y expresó que todos los testigos coinciden en que uno de los jóvenes ejercía el liderazgo del grupo que atacó y mató al muchacho.
“Normalmente en cualquier tipo de grupo hay personas que ejercen cierto liderazgo, en los violentos también. Si bien la violencia estaba presente en todos los acusados, creo que hay uno que sin duda ejerció el liderazgo, demostró que era el líder”, aclaró Burlando.
Virginia Pérez Antonelli recordó aquel 18 de enero de 2020, cuando le hizo trabajos de reanimación a Fernando Báez Sosa para tratar de salvarle su vida. “Pudo haber sido solo cinco minutos, pero fue como una hora”, comentó ante el Tribunal que enjuiciará a los rugbiers por el homicidio del joven.
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