Un proyecto que busca regular la conservación de las fachadas de los edificios históricos de Rosario espera por ser tratado en el Concejo de Rosario. En los últimos meses, las historias de mampostería caída en estos inmuebles se han repetido, causando destrozos materiales y heridos.
En ese marco, la concejala de Iniciativa Popular Fernanda Gigliani propuso crear un “Programa de Conservación de Fachadas”, con el objetivo de “lograr condiciones de mayor seguridad en el espacio público, particularmente en las veredas y calzadas, a partir de la reducción de los riesgos que representan las fachadas urbanas en estado de deterioro”. El proyecto permanece en la Comisión de Planeamiento y Urbanismo desde hace aproximadamente dos meses. En diálogo con RedBoing, la edila destacó la necesidad de dar curso a la propuesta o bien, llegar a un punto en común con las demás bancadas para evitar nuevos siniestros por mampostería caída.
Puntualmente, el documento indica que se debería realizar un relevamiento en los diferentes sectores de la ciudad, donde se identifiquen las situaciones de riesgo, su descripción y una primera valoración del nivel de riesgo. Con esa información, se intimará a los propietarios a que realicen las obras necesarias, basadas en un plan visado por el Colegio Profesional correspondiente. Inclusive, Gigliani propuso que la Municipalidad pueda suscribir convenios con las Facultades de la UNR para que participen alumnos avanzados bajo tutoría.
“Es necesario implementar mecanismos en pos de garantizar la seguridad de las personas y la integridad de los bienes que se encuentran en el espacio público”, explicó Gigliani en la presentación. Y añadió en los considerandos: “Buena parte de estos inmuebles se encuentran deshabitados, en estado de abandono, algunos de ellos por falta de recursos de sus titulares para poder afrontar los arreglos y, en ocasiones, producto de la especulación de los propietarios para habilitar su demolición cuando la normativa vigente se lo impide”.
La ordenanza que regula los inmuebles de valor histórico reduce las posibilidades de los propietarios de realizar modificaciones a la estructura general, causando en muchos casos grandes costos de obra. Un ejemplo de esa situación fue el emblemático Hotel Britannia, que necesitó dos años de tratativas con el Municipio y el Concejo para que se le aprobara la construcción de una torre en la parte posterior, conservando la fachada.
Por ese motivo, y considerando las altas erogaciones que significan obras de esas características, la edila explicó que “en aquéllos casos en que los propietarios de los inmuebles puedan probar fehacientemente la imposibilidad de afrontar los gastos correspondientes a los trabajos que sea necesario realizar, el Municipio podrá destinar parte de los recursos del Fondo de Preservación Urbanística a subsidiar parcialmente los gastos, o articular con el Banco Municipal de Rosario una línea de créditos “blandos” para hacer frente a esto”.
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