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EN TODO PASA

El crudo relato del periodista Mauro Federico sobre las adicciones de su hijo

En el marco del alerta epidemiológica por el consumo de cocaína envenenada en el conurbano bonaerense, Mauro Federico dialogó en Todo Pasa, abrió su corazón para expresar el problema que las adicciones puede generar. En una extensa charla en Radio Boing, además de contar su historia personal, también dejó un mensaje para aquellos que estén pasando por una situación similar.

Él investigaba al narco y su hijo no paraba de drogarse: una historia escrita a cuatro manos y dos corazones - Infobae

“Mi hijo tuvo siete años de tratamientos y decidimos escribir nuestra historia. Él me pidió ayuda después de que haya tenido una sobredosis tremenda. Me pidió ayuda desesperado, porque ya habíamos hecho otros tratamientos ambulatorios, pero ninguno había funcionado”, comenzó destacando sobre su historia familiar.

Luego, el periodista agregó: “En ese momento me dijo que no daba más, que necesitaba internarse. Estuvo tres semanas desintoxicándose, estaba bien. Después de ese tiempo me llamaron para decirme que recién ahora arrancaba la historia, porque ahora había que contenerlo para que no vuelva a caer”.

“Terminamos institucionalizándolo en una comunidad terapéutica, trabajando con los dispositivos correspondientes. El día que decidimos contar nuestra historia, estábamos con él mirando lo que había pasado en Time Warp, con los padres de los chicos diciendo que ellos no consumían. ‘¿Te das cuenta que no saben nada? Ustedes niegan la realidad’ me dijo, y me dejó temblando”, reveló.

Siguiendo con el relato, Mauro Federico continuó: “El problema no es la sustancia, si no la adicción que te genera. La sustancia es un bálsamo para mitigar la angustia. Lo primero que tenemos que hacer es detectar ese problema, pero muchas veces esa persona no lo puede ver, pero si el entorno. Si yo hubiera mirado a los ojos a mi hijo me daba cuenta”.

“La mirada del que consume merca es inconfundible, es la mirada de un muerto viviente, perdida, que pone en evidencia una suerte de hastío de lo que está haciendo. El adicto no tiene un plan de vida”

“Mi hijo dejaba de ir al colegio, rompía todas las reglas que se establecían, su cuarto era un desastre, comía y dormía a cualquier hora. Lo primero que tenés que hacer es mirar para adentro. Yo perdí siete años de laburo, de parejas, de vínculos, por acompañar a mi hijo a los tratamientos”, se sinceró.

“Si uno no mira hacia adentro es difícil hacer un balance de lo que pasa. A mi el libro me cambió la vida, la gente me llamaba a mi para preguntarme que hacer, y yo soy una persona más que pasó con mucha tristeza todo lo que me tocó vivir”, finalizó sobre el tema.

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