El operativo sorprendió a quienes pasaban a esa hora por el Boulevard Oroño, a la altura de calle San Lorenzo. Dos camionetas de la Policía Federal bloqueaban el paso de los autos y varios efectivos de camperas azules con la sigla PFA allanaban una casa de dos pisos, frente a la sala Mateo Booz. Ahí, en una de las zonas más coquetas del centro rosarino, estaba guardado el hombre acusado de balear hace dos semanas los Tribunales Federales, a sólo 300 metros del lugar allanado en el mediodía del miércoles.
Pocas horas después, trascendieron de fuentes policiales los antecedentes del detenido, Guillermo Sebastián C: purgó desde 2012 ocho años en prisión por un robo calificado y en enero de 2021 había caído nuevamente preso. Y a partir de esta última detención surge un dato que llama la atención de los investigadores, que podría marcar la vinculación con el ataque a los Tribunales de una de las bandas narco de la zona sur de Rosario.
La información existente es que AIC hizo una redada aquella vez en Parque del Mercado, el barrio donde hace poco fueron atacadas mortalmente Claudia Deldebbio y Virginia Ferreyra, en una parada de colectivos. Por la muerte de las dos mujeres, fueron acusados dos hombres vinculados a la banda de los Ungaro: Fernando Cortez y su hijo Lautaro. Este último, también habría caído -siendo menor- en aquellos allanamientos de enero de 2021. Y entre las otras personas que cayeron esa vez, estaba Guillermo Sebastián C., el presunto autor de la balacera contra el Tribunal Federal.
Al hecho lo investiga la Fiscalía Federal a cargo del doctor Javier Arzubi Calvo. Más allá de estos antecedentes, fuentes de la investigación dijeron a RedBoing que sería prematuro afirmar que existió vinculación de la banda de Ungaro con el ataque a Tribunales Federales. “Lo que sí podemos decir es que se cayó la teoría del lobo solitario. Tenemos mucho análisis de listas de llamadas y estamos armando su cuadro de vinculos”, aseguraron.
El ataque al Tribunal Federal fue en la madrugada del 28 de septiembre pasado. Las cámaras de seguridad dieron con un hombre que llegaba caminando al lugar, disparaba a la garita de seguridad en la que no había nadie y se iba caminando por Oroño. El registro de imágenes del sistema público llegaba a verlo hasta calle San Lorenzo y ahí se perdía la silueta del tirador. La respuesta de aquel misterio, se develó hoy.
Del procedimiento formó parte personal de la Unidad de Investigación de la PFA, que identificó a la persona encargada de llevar adelante el atentado contra el edificio público.
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