Cristian es un empresario pyme que se animó hace siete meses a poner un gimnasio junto a un amigo en la zona de Colombres 530, casi esquina San Lorenzo, en Fisherton. Pero su sueño, en poco tiempo se convirtió en una pesadilla. Un degenerado alquiló un local comercial frente a su establecimiento y se masturba observando a sus clientes.
“Hace unos 15 días una señora pidió hablar con alguien del gimnasio y nos comentó que enfrente se instaló una persona que se masturba mientras mira a las chicas del gimnasio. Yo me sorprendí porque no sabía nada. Nuestros clientes tienen de 14 años en adelante. Empezamos a tener inquietudes, comentarios, nos preguntaban qué medidas íbamos a tomar”, contó en diálogo con Gabriel Pennise.
A partir de ese momento, Cristian comenzó diálogos con otros vecinos para exponer el acoso de este hombre. Días más tarde, se presentaron en la Comisaría 17° de Donado y Córdoba para denunciar lo sucedido. No obstante, llegó la segunda parte de la novela del terror.
“Nos dijeron que no podían hacer nada sin una prueba. Y eso era sacando una foto al hombre masturbandose o un video”, reveló en Antes de Todo. Y añadió: “Me pareció algo que no correspondía. Pero ellos dijeron que no podían hacer nada. Te ata de pies y manos”.
Asimismo, afirmó: “Tengo muchos testigos de lo que sucede. Lo que me pide la policía es más enfermo que lo propio que hace este individuo”. Y concluyó: “La persona que le alquila el local dice que es una persona seria, que trabajaba en una empresa de seguridad”.
Comentarios