Sofía vive en 9 de Julio y Ovidio Lagos, y el domingo a las 23,45 empezó a llamar por un taxi mientras esperaba en la puerta de su casa “por si pasaba alguno”, lo mismo hizo Julieta, su amiga, quien se encontraba en la zona de Avenida Godoy (hoy Pte Perón) e Iriondo. Sin embargo, ninguna lo logró y después de una hora y cuarto decidieron abandonar el plan de ir a tomar algo. Una historia simple que no debiera ser considerada, pero sin embargo refleja una realidad que se vive en Rosario.
La historia de las dos amigas, se repitió una y otra v ez este fin de semana en Rosario. Es que conseguir un taxi en la ciudad es como jugar a la ruleta rusa. Y el pase de facturas, para deslindarse de responsabilidades, es el protagonista principal de la historia.
En lugar, de llevar luz y encontrar una solución al conflicto que se presentó hace más de seis meses, titulares acusan falta de choferes, los peones a los titulares por la falta de inversión y el municipio anuncia que pondrá 500 chapas a disposición y multa para aquellos que no cumplan con la prestación del servicio.
Respecto a este anuncio, quien es muy crítico es el concejal de Rosario y diputado nacional electo del Frente de Todos, Eduardo Toniolli, quien cree que “está bien que los controlen y los hagan salir a prestar el servicio y después veremos en el Concejo lo de las 500 licencias nuevas que quieren entregar”, pero aseguró que “esta es una manera parcial de ver el problema en la prestación del servicio porque lo que está pasando también es que más gente se sube a un taxi por la demora que hay para que pase un colectivo”.
En la actualidad la ciudad de Rosario cuenta con 3.875 licencias habilitadas para brindar este servicio, de las cuales 3.620 están operativas y 225 en caución. A estas unidades hay que agregar 208 chapas que hoy se encuentran caducadas, por lo que se encuentran inhabilitadas para brindar este servicio.
Marcelo Díaz de la Cámara de Titulares de Taxis (Catiltar) ratificó que la “faltante de choferes -unos 2 mil- hace imposible cumplir con la oferta, que creció abruptamente con las flexibilizaciones sanitarias por la pandemia de coronavirus”. Y preciso “que este problema ya se planteó a la Municipalidad con la cual se diseñó un nuevo cronograma de trabajo en octubre, actualizado en noviembre pero aún deficiente”.
De hecho, el edil del Frente de Todos aseguró sobre esto que hay taxistas que le dijeron que “levantan mucha gente en las paradas de colectivos, fundamentalmente a la mañana temprano o a la noche que es cuando la gente necesita llegar a horario a su trabajo o volver a su casa”.
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La palabra oficial
Desde el Municipio, la secretaria de Movilidad, Eva Jokanovich, coincidió en que “hay choferes con ganas de trabajar” y volvió a remarcar que se agravarán las sanciones para los taxistas que no cumplan con la norma pactada para garantizar un normal servicio.
Según indicó, “la mayoría de los titulares de licencias, al adquirirlas, asumen un compromiso en la prestación de un servicio público para el cual tienen que prestar durante las 24 horas, 16 horas obligatoriamente”, y además explicó que el ejecutivo “estableció un cronograma en conjunto con el sector que lamentablemente no se está respetando”.
“La situación es crítica y nosotros estamos muy preocupados, porque estamos viendo que, a pesar de los cronogramas de trabajos acordados con el sector, a pesar de las sanciones que se están aplicando desde hace algunos meses y las intimaciones a que cumplan con el servicio publico tal y como corresponde, no estamos viendo una mejora en la prestación del servicio durante los fines de semana”.
Si se tiene en cuenta sólo los fines de semana, a la hora que tendría que haber unos 1.500 taxis, hay entre 600 y 700, la mitad de lo que debería haber.
Respecto al pedido de aumento de la tarifa por parte de los taxistas, la funcionaria municipal dijo que es una de las “más altas del país” y destacó que aumentar el precio de la bajada de bandera no traerá aparejada una mejora en el servicio nocturno.
El tema está planteado desde hace casi un año y las soluciones a la vista parecen ser parches que palean el problema, pero no dan una respuesta definitiva a la cuestión de fondo. Y si a esto se le suma el conflicto con los colectivos, que es otra punta de los servicios deficientes en la ciudad, Rosario afronta uno de los peores años en cuanto a transporte y movilidad en la ciudad.
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