“Esta fecha significa lo que siempre dije. Pasaron 10 años porque alguien en la Justicia, el poder político, el Poder Judicial y el Estado estuvieron de acuerdo en que esto no se resolviera”. Con esas palabras visibilizó sus sensaciones Alberto Perassi al móvil de Radio Boing en el marco del décimo aniversario de la desaparición de su hija, Paula Perassi.
Allegados a la familia se movilizaron a los Tribunales Provinciales ubicados en Balcarce y Pellegrini para pedir por la aparición de sus restos. Este 18 de septiembre se cumplieron 10 años de la última vez que se la vio con vida a Paula Perassi. Su desaparición se dio en el año 2011, cuando recibió una llamada telefónica en su casa alrededor de las 20, y minutos después salió con el pretexto de buscar la tarea para uno de sus hijos. Nunca más regresó.
“Esto es una confirmación de lo que hay en San Lorenzo, de lo que es”, dijo. Y añadió: “A nosotros nos falta el cuerpo, saber qué hicieron con Paula. Nunca trabajé para meter preso a tal o cual persona”.
En ese sentido, el padre de Perassi afirmó en diálogo con Micaela Ramirez: “Obviamente que sí lo hicieron tendrán que ir presos. Y si tienen que hacerlo para que digan qué hicieron, que lo hagan. Yo trabajo para decirle qué le pasó a mis nietos, que es lo que les debo. Las esperanzas no las voy a perder nunca, tampoco las fuerzas para seguir luchando. Soy un convencido de que va a llegar el momento”.
La mujer de 34 años estaba casada con Rodolfo Ortiz y tenía dos hijos varones de dos y seis años. Con el correr de la investigación se conoció que ella tenía una relación sentimental con Gabriel Strumia, entonces un empresario de Puerto San Martín, de 41 años, y que estaba cursando las primeras semanas de embarazo fruto de este vínculo.
Al día siguiente de la desaparición de Paula, su marido hizo la denuncia y allí comenzó una investigación que incluyó entrecruzamientos de llamadas, redes sociales y el testimonio de una médica de Rosario que confirmó que esperaba un hijo. A las pocas semanas de la desaparición, el hilo de la pesquisa llevó a Strumia, quien fue demorado e interrogado por la policía, negó primero la relación sentimental pero luego terminó por admitirla. Diez años más tarde, solo fueron condenados el hombre y su esposa Roxana Michl por haber privado de la libertad a la víctima.
El matrimonio había sido absuelto en mayo de 2019 en primera instancia judicial por la falta de pruebas producto de la “deficiente investigación”. En la revisión de ese fallo, la Justicia dio un giro, revocó la absolución de Strumia y Michl y los consideró responsables de la desaparición de la sanlorencina.
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