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Rosario

La temeraria sospecha sobre el crimen de la abuela del jefe de sicarios de Lucho Cantero

El joven “Lucho” Cantero y su mano derecha “Capocha” Baldón. Fiscalía presentó evidencias de la relación entre ambos.

En la esquina de Melián y Arrieta -a dos cuadras del casino de Rosario- eran las nueve de la noche del lunes de esta semana y el almacén de “Mela” seguía abierto. Un auto esperaba en la puerta que se vayan los últimos clientes, hasta que cuando se retiraron, gritaron por el nombre de la dueña del negocio. Cuando salió, la acribillaron. Se llamaba Ermelinda y en el barrio la respetaban todos. Tenía 66 años y no tenía vinculación con el delito. ¿Su “pecado”? Era la abuela de Dylan “Capocha” Baldón, un joven de apenas 18 años imputado en estas horas como lugarteniente de “Lucho” Cantero, jefe de la nueva camada de Los Monos.

Si bien no hay detenidos por el hecho, que ocurrió en un territorio donde la banda de los Cantero juega claramente de local, fuentes de la investigación deslizaron a RedBoing una hipótesis inquietante: al crimen lo podría haber instigado el propio Luciano Cantero, como señal de lo que es capaz de hacer. ¿Mandar a matar a la abuela de su mano derecha?  Una forma de mostrar que nadie puede desobedecer sus órdenes o de hacer visible que el liderazgo en el territorio cambió.

Tras los disparos, quedó en la vereda del almacén un número de teléfono dibujado con tiza junto a una leyenda: “LLAMEN XD”, el emoji que significa la “risa”.

La leyenda en tiza que apareció con el crimen: un número de teléfono y el mensaje “LLAMEN XD”

Los roles en la banda

El 26 de agosto, el nieto de la mujer asesinada había caído detenido. Hasta ese mismo día, “Capocha” Baldón había sido el vocero de “Lucho” con el resto de la banda, ambos muy jóvenes. Al caer, durante un operativo de rutina en el barrio La Granada, tenía una moto robada y armas en su poder.

Un mes después de aquella detención, un impactante operativo con casi 80 allanamientos, terminó con el resto de la banda en la prisión. Para concretarlo, se combinaron fuerzas de Gendarmería y tropas de elite de la policía provincial, que sitiaron varias cuadras a la redonda. El trabajo era el resultado de muchos meses de investigación de la fiscal Fabbro, en coordinación con otros integrantes del MPA. 

Esas detenciones derivaron en la audiencia imputativa contra 28 integrantes de Los Monos, que empezó el jueves pasado y finalizó este miércoles. Allí, el juez Héctor Nuñez Cartelle tuvo por válida la acusación de la fiscal Marisol Fabbro, de la Unidad de Homicidios del MPA de Rosario, respecto a la jefatura que ejercían Luciano Cantero, de 19 años, su novia Erika Bullón y la mamá de “Lucho”, Lorena Verdún. Los tres están presos, pero desde la cárcel comandaron una enorme cantidad de delitos en el último año y medio, desde balaceras y robos de vehículos, a extorsiones y al menos tres homicidios.

Una parte de los imputados en estas horas, ya estaba presa. “Lucho” Cantero, su madre y otros jóvenes del grupo habían caído en enero pasado, en un operativo que también significó mucho despliegue en La Granada, a metros del City Center. Esa vez, la imputación había sido por tenencia de armas, drogas y vehículos robados. También por una feroz balacera apuntando al cielo, en la noche de Navidad. El video del momento había sido registrado por los propios integrantes de la banda, que lo habían subido a redes. Los disparos salían desde la terraza de Lorena Verdún. Entre los que se veían en imágenes, estaban el hijo del “Pájaro” Cantero y “Capocha”, que vestía una chomba roja. Aquella imutación había sido hecha por el fiscal Matías Edery.

Como evidencias, Fabbro presentó escuchas telefónicas y además reunió varias investigaciones que habían desarrollado antes sus colegas del MPA. “Partimos de investigar un homicidio de febrero de este año, el de Ulises Gamarra. Y allí fuimos encontrando ramificaciones con todas las personas que detuvimos la semana pasada en los allanamientos en zona sur”, dijo la funcionaria del MPA.

Lo que pudo comprobarse, fue la relación de mando de Lucho Cantero para sus soldaditos en el territorio, con Dylan “Capocha” Baldón actuando como nexo, casi como “un verdadero mariscal de campo” tal como definió Nuñez Cartelle el rol del joven al que le mataron la abuela hace pocas horas.

El domicilio donde funcionaba el almacén de “Mela” había sido allanado varias veces en los últimos meses, siempre en busca de su nieto, pero no lo habían encontrado ahí. Enfrente, sobre calle Melián, vivía Lorena Verdún, madre de “Lucho” y la mujer del asesinado “Pájaro” Cantero, que era el papá de Luciano. Es decir, las familias del jefe y su lugarteniente se conocen hace tiempo y los chicos -ahora uno y dos de la nueva camada de Los Monos- se criaron casi juntos.

Lucho Cantero y “Capocha” Baldón, su amigo y de quien Fiscalía encontró evidencias de ser su lugarteniente en el territorio.

La escucha que podría ser la pista del crimen

La cantidad de evidencias recolectadas por Fabbro sobre el manejo de armas, drogas, autos y motos robadas fue enorme. En las audiencias se presentaron más de 300 páginas con archivos para imputar a esta célula de Los Monos, que además parece disputarle poder a los adultos e históricos jefes. 

Uno de los párrafos más fuertes que incluyó la imputación es el que muestra la relación de “Lucho” con sus subordinados. Según explicó Fiscalía, Cantero había mandado a uno de los soldaditos, apodado “Santafesino” a que le dispare al jefe de los sicarios, al propio “Capocha” Baldón.

La explicación de Fiscalía sobre el contexto fue la siguiente: “Como llamado de atención, está molesto porque es el único que está detrás de sus asuntos personales como de hacer cumplir los encargos de la organización”, argumentó la imputación.

En ese marco, en julio de este año, se da el siguiente diálogo en el que “Lucho” Cantero llama desde la cárcel federal de Marcos Paz y le dice a su amigo, con quien hablaba todo el tiempo para dar órdenes y que acababa de ser herido en una oreja por su propia banda:

Lucho: No llorés, pero, yo tengo razón hermano.

Dylan: Pero nada que ver boludo, por qué haces eso conmigo (llorando).

Lucho: Y porque me haces enojar boludo.

Dylan: No, porque yo soy el que está todo el día con vos, yo no ayudo ni a mi familia, a nadie le hago mandados, es porque estoy con vos, yo te quiero porque sos mi amigo.

Lucho: Y yo también, pero vos me haces renegar.

Dylan: No, me dejas mal delante de todos, dos tres veces ya me vas haciendo cosas y yo nunca te hice nada a vos, nunca te traicioné, nunca salí con ninguna y vos me haces de todo a mí.

Lucho: Yo cuántas veces te tengo que decir las cosas a vos.

Dylan: Pero me tiró al aire, me deja mal delante de todos, está re loco.

Lucho: Porque me tenés que hacer caso a mí.

Dylan: Yo te hago caso, todo el día estoy, te preparo las cosas, nadie te hace eso, lo que hago yo no lo hace nadie y no estoy por la plata, no estoy por nada yo, porque te quiero porque sos mi amigo, pero te re zarpas.

Lucho: Pero te tengo que hacer “esto” para que vos me termines haciendo caso a mí, boludo.

Dylan: todo el día estoy haciendo cosas para vos.

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