La Argentina atraviesa momentos clave en la negociación con el Fondo Monetario Internacional. A menos de una semana para dos vencimientos que acumularán una cifra cercana a los 1.100 millones de dólares, el Ejecutivo conversa con las autoridades del ente, con el objetivo de refinanciar.
Daniel Artana, economista, dialogó con Gabriel Pennise y explicó: “No sabemos qué va a hacer el Gobierno. Este no es el único pago que hay que hacer. En marzo y abril vienen pagos más grandes al FMI y al Club de París, para los cuales el Banco Central no tiene reservas propias para hacer frente. Para los de esta semana que viene, en principio sí tendría los recursos, porque todavía le quedan derechos especiales de giro”.
El especialista destacó en Antes de Todo que probablemente las charlas lleguen a buen puerto. “Algunas personas se preguntan qué sentido tiene pagar ahora si en marzo no lo podrían hacer porque no llegaron a un acuerdo. Todo depende de la estrategia del Gobierno. Si van a hacer una renegociación, toda esta discusión es ociosa porque el FMI va a prestar lo que vence para pagarle a sí mismo y por lo tanto no tendría esta restricción de disponibilidad de dólares en el Banco Central”.
“Si en cambio deciden confrontar con el FMI, la pregunta también sería para qué pagarle ahora. Le han venido pagando al Fondo puntualmente, con lo cual, la sensación es que van a terminar arreglando. Y lo que tenemos ahora es una cantidad de fuegos artificiales tratando de esconder que la Argentina necesita un programa económico que cierre y que aún no lo tiene. Ese es el fondo de la cuestión”, continuó.
Según Artana, “el Gobierno está tratando de hacer una estrategia mediática acá y en alguna medida afuera con la nota de Stiglitz, para echarle la culpa al FMI del programa que firmó con Macri, y a partir de ahí lograr un tratamiento distinto del que sería habitual en un programa con el Fondo”. “Lo que el Gobierno está proponiendo es, por lo que se sabe, un deterioro de la posición fiscal, no una mejora como era lógico”, expresó.
El economista remarcó que el deterioro “parte de que el año pasado hubo ingresos extraordinarios que este año no se van a repetir, como los derechos especiales de giro y el impuesto solidario”. Y que “el Gobierno se mandó un gasto en la elección de medio término”.
“Había una situación fiscal a medida que la pandemia iba cediendo y la economía se iba recuperando, se iba volviendo naturalmente a los niveles de déficit antes del pago de intereses que había en 2019, que era alrededor de medio punto del PBI. Pero finalmente no hubo eso, se llegó a 2 puntos del PBI contando los ingresos extraordinarios y más de 3 cuando uno los saca. Y eso pasó por el desborde de gastos que hubo camino a la elección. Eso es lo que el Gobierno no reconoce”, concluyó.
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