
Dos reconocidas organizaciones de derechos humanos con sede en Israel, B’Tselem y Médicos por los Derechos Humanos Israel (PHRI), publicaron este lunes informes separados en los que aseguran que el Estado israelí está llevando adelante un genocidio contra la población palestina en la Franja de Gaza.
Según B’Tselem, la ofensiva militar que Israel mantiene sobre Gaza desde hace más de 21 meses incluyó asesinatos masivos, tanto de manera directa como mediante la creación de condiciones de vida insostenibles. El informe también denuncia arrestos masivos y abusos a palestinos en cárceles israelíes, calificadas como “centros de tortura”. Además, apunta a la destrucción de instituciones educativas y culturales como parte de un ataque más amplio al tejido social gazatí.
Por su parte, PHRI señaló que existe una “eliminación intencional y progresiva del sistema de salud de Gaza”, que está afectando directamente la posibilidad de supervivencia de la población. Desde octubre de 2023, según el documento, Israel atacó 33 de los 36 hospitales y centros médicos del enclave, y les cortó el acceso a recursos esenciales como agua y combustible. Como resultado, decenas de personas mueren cada día por desnutrición. Al menos 85 niños fallecieron por hambre y el 92 % de los bebés entre seis meses y dos años no tienen suficiente alimento, advierte el informe.
Las cifras también revelan que nueve de cada diez habitantes de Gaza fueron desplazados, el 92 % de las viviendas fueron destruidas y más de 500.000 niños quedaron sin escuelas ni acceso a una vida estable.
Ambas organizaciones instaron a la comunidad internacional a intervenir para frenar la ofensiva israelí y evitar más víctimas civiles.
Frente a estas acusaciones, David Mencer, vocero del gobierno israelí, negó que se esté cometiendo un genocidio. Afirmó que Israel envió 1,9 millones de toneladas de ayuda humanitaria —en su mayoría alimentos— a Gaza, y consideró que los señalamientos buscan socavar el derecho del país a defenderse de Hamas.
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