Con el fin de la obligatoriedad del uso de tapabocas y pasaportes sanitarios, Reino Unido vivió este jueves su primer día casi sin restricciones, levantadas gracias a una mejora de la situación de la pandemia de Covid-19, que continuará en los próximos días con el fin de los test a los viajeros y las cuarentenas de los infectados.
La relajación llega aprovechando que “los ingresos hospitalarios se estabilizan, las infecciones por Ómicron disminuyen y el número de personas en cuidados intensivos con Covid-19 sigue bajando”, subrayó el Gobierno.
El uso del tapabocas, que nunca fue obligatorio en espacios abiertos, dejó de serlo en lugares cerrados, aunque algunos comercios pueden aconsejarlo o exigirlo, como sucede en el subte de Londres.
Pedir pasaportes sanitarios también queda a discreción de locales como clubes nocturnos o estadios deportivos.

Además, el Gobierno británico anunció este jueves que las residencias de ancianos podrán recibir un número ilimitado de visitantes a partir del lunes.
Estas medidas, de las más ligeras de Europa, fueron introducidas por el Gobierno del primer ministro Boris Johnson a mediados de diciembre, pese a la oposición de buena parte de sus propios diputados, buscando ganar tiempo para administrar más vacunas ante la altamente contagiosa variante Ómicron.
Ahora, “más del 83% de los mayores de 12 años en el Reino Unido recibieron su segunda dosis y 81% de los aptos tuvieron su vacuna de refuerzo”, aseguró el Ministerio de Salud británico, de acuerdo a lo informado por la agencia de noticias AFP.
Johnson anunció el levantamiento de restricciones la semana pasada, entre otras decisiones destinadas a complacer a las filas más liberales de su Partido Conservador, donde numerosos diputados contemplan lanzar una moción de censura contra él por las acusaciones de vulneración de los confinamientos en los últimos dos años con numerosas fiestas en Downing Street.
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