
Juan Antonio Bayona adaptó la novela homónima que este jueves llega al cine y en dos semanas a Netflix. Fassbender a caballo de Taika Waititi con “Gol Gana”, el documental brasileño “Carteira Assinada” junto a “La maldición del Queen Mary” y la vuelta de John Woo con “Venganza silenciosa” y “Chau Buenos Aires” con Diego Cremonesi. Acá una selección de reviews para elegir que ir a ver al cine. Porque el cine se ve en el cine.
“La Sociedad de la Nieve”

-La nueva película del director de El orfanato (2007), Lo imposible (2012), Un monstruo viene a verme (2016) y Jurassic World: El reino caído (2018) reconstruye la tragedia / milagro / épica de supervivencia de los Andes, que se desató el viernes 13 de octubre de 1972, cuando el Fairchild FH-227D de la Fuerza Aérea Uruguaya que hacía un vuelo charter entre Montevideo y Santiago (Chile) con 40 pasajeros (la mayoría jóvenes jugadores del club de rugby Old Christians) y 5 tripulantes cayó en medio de la cordillera, en la zona mendocina de Malargüe, a 3.570 metros de altura.
-Se trata de una imponente superproducción de 70 millones de dólares de presupuesto que Netflix ha elegido como una de sus principales apuestas para los Oscar, en una búsqueda similar a la que hizo en la última edición con la alemana Sin novedad en el frente. Por el momento, está nominada al Globo de Oro, a 13 premios Goya y ganó la distinción del público en el Festival de San Sebastián.
-El film llega este jueves 14 de diciembre a 26 salas argentinas y desde el 4 de enero de 2024 estará disponible en el servicio de streaming.
Manu Yáñez
En los primeros compases de La sociedad de la nieve, la voz en off de uno de los personajes apunta que “hay que regresar al pasado sabiendo que el pasado es lo que más cambia”. La frase puede leerse como una alusión al carácter difuso y volátil de la memoria, una fragilidad que Juan Antonio Bayona convierte en la principal arma de su audaz viaje al corazón de la tragedia (o milagro) que aconteció en los Andes chilenos en 1972, cuando, tras un accidente de avión, un grupo de jóvenes sobrevivió durante 72 días en las condiciones más extremas imaginables.
Para los cinéfilos, la peripecia de los miembros de aquel equipo uruguayo de rugby está íntimamente ligada a la película ¡Viven! / Alive, que dirigió Frank Marshall en 1993, con un joven Ethan Hawke, pero Bayona toma como fuente de inspiración la novela que da título a su película, escrita por Pablo Vierci, y se desmarca de la versión de Hollywood al renunciar a una escritura arquetípica en favor de un despliegue fílmico eminentemente sensorial.
¡Viven! se esforzaba por clarificar, desde el primer momento, los roles que ocupaban cada uno de los personajes entre la troupe de supervivientes: el líder, el médico, el rebelde, el responsable, el loco… Pero a Bayona le interesa mucho más el grupo que las individualidades. De hecho, en sus mejores momentos, La sociedad de la nieve opera como un lienzo al borde de la abstracción, poblado por primerísimos planos que capturan de forma elocuente la desesperación y el deseo de supervivencia. Si hablásemos de pintura, podríamos pensar en El grito, de Edvard Munch. Y es que Bayona, con un arrojo inédito en su obra previa, se lanza a explorar las posibilidades de un cine de los cuerpos, allí donde lo narrativo se desdibuja para alcanzar un saber que reside en lo físico. Hay algo de pureza fílmica en esta apuesta pulsional, capaz de elevar a la condición de imagen capital un plano detalle de la última expiración de un hombre.
La sociedad de la nieve tiene tan clara su adhesión al cine de la fisicidad que, incluso cuando merodea por el territorio de lo discursivo, no abandona el buen rumbo. Cuando un joven que ha quedado malherido toma la palabra para exponer su concepción de lo heroico y lo divino, lo que termina haciendo es pasar lista a las partes del cuerpo que utilizan sus compañeros para ayudarle: las manos piadosas de uno, el rostro luminoso de otro…
Cabe decir que los hechos que retrata La sociedad de la nieve conducen inevitablemente a lo trascendental, un territorio que Bayona recorre y sortea con igual convicción. En otro discurso memorable, uno de los protagonistas encadena unas frases que apuntan, primero, al sinsentido de una existencia lastrada por la vulnerabilidad física, y luego a la posibilidad de un sentido afectivo, una humanidad trascendente.
En los Cines del Centro.
“Gol gana”

La película comienza y termina con imágenes de archivo como para demostrar que aquello de “inspirada en una historia real” es cierto, por más absurda, ridícula o hasta inverosímil que parezca. Es que Gol gana reconstruye la modesta épica del peor equipo de fútbol del mundo, Samoa Americana (una isla de apenas 200 kilómetros cuadrados de superficie y 60.000 habitantes), que en 2001 sufrió contra Australia la derrota más humillante de toda la historia de los Mundiales: ¡31 a 0!
La acción transcurre varios años después de semejante catástrofe: el Mundial de 2014 en Brasil se acerca y la federación samoana de fútbol decide contratar al estadounidense Thomas Rongen (Michael Fassbender), un técnico en plena decadencia: fracasos deportivos, problemas de alcoholismo, el abandono de su ex esposa Gail (Elisabeth Moss)…
Algo así como una versión futbolera de Jamaica bajo cero (1993), sobre la historia de cuatro atletas jamaiquinos de bobsleigh que sueñan con competir en los Juegos Olímpicos de Invierno a pesar de nunca haber visto la nieve, Gol gana narra las desventuras de Rongen a la hora de conformar un equipo con un mínimo de rigor físico y táctico para competir contra las potencias de Oceanía.
Si bien la comparación con Jamaica bajo cero es válida y pertinente, Gol gana -basada en el documental homónimo de 2014- parece haberse concebido a partir del sorprendente éxito a escala planetaria de la serie Ted Lasso. El Rongen de Fassbender tiene algo del patetismo pero también de la hidalguía y el optimismo del personaje de Jason Sudeikis, y también hay encanto y pintoresquismo (por momentos un un poco forzado y subrayado) en el muy ecléctico seleccionado, que incluye desde jugadores claramente excedidos de peso hasta unx integrante de género fluido como Jaiyah (Kaimana).
La película adhiere a buena parte de las fórmulas demagógicas, condescendientes y políticamente correctas del crowdpleaser, pero Waititi nunca pierde la simpatía, la empatía e incluso en varios pasajes consigue una bienvenidad fluidez y un humor eficaz. No hay nada demasiado revolucionario ni revelador en su comedia pero Gol gana se sigue con agrado con un espíritu lúdico que se agradece.
Diego Batlle.
Cinépolis, Hoyts, Showcase.
“Venganza Silenciosa”

Con Chow Yun-Fat como protagonista, John Woo se convirtió en referente ineludible del por entonces nuevo cine de acción hongkonés con títulos como Amenaza final / A Better Tomorrow (1986), El Killer (1989) y Duro de vencer / Hard-Boiled (1992). De inmediato, Hollywood se fascinó con su estilización formal y extraño lirismo a la hora de filmar la violencia extrema y así fue que rodó en los Estados Unidos Target: Operación cacería (1993), al servicio de Jean-Claude Van Damme; Código Flecha Rota (1996), con John Travolta y Christian Slater; Contracara (1997), otra vez con Travolta pero esta vez acompañado por Nicolas Cage; Misión: Imposible 2 (2000), elegido por el mismísimo Tom Cruise; y el que hasta ahora era su último trabajo en suelo norteamericano: El pago / Paycheck (2003), con Ben Affleck, Aaron Eckhart, Uma Thurman y Paul Giamatti como protagonistas.
Tras dos décadas de trabajo concentrado en China, Woo regresó a los Estados Unidos para rodar un thriller de venganza bastante básico y hasta por momentos incluso risible, pero siempre sustentado en su potencia visual (casi no hay diálogos) y con algunas secuencias dignas de su maestría.
Brian Godlock (el sueco Joel Kinnaman, visto en la RoboCop de 2014 y en series como For All Mankind) y su esposa Saya (Catalina Sandino Moreno) sufren la muerte de su pequeño hijo por una bala perdida en medio de un enfrentamiento entre pandillas latinas en Texas (la película en realidad se rodó en Ciudad de México). Convertido en un alma en pena, lleno de ira y sin voz (al inicio vemos cómo recibe un disparo en la garganta por parte de un caricaturesco villano llamado Playa que interpreta Harold Torres) y abandonado por su mujer, Godlock pasará meses entrenándose para convertirse en un killer, un vigilante, un justiciero capaz de vengarse en vísperas de Navidad de los victimarios de su hijo.
Si el cine John Woo fue, sin dudas, un modelo para Chad Stahelski, John Wick es una influencia directa en Venganza silenciosa, así como lo deben haber sido desde la filmografía de Jean-Pierre Melville (ídolo de Woo) hasta otro clásico como El vengador anónimo. Si este regreso del cineasta chino-hongkonés es con un film bastante menor, sostenido en muchos clichés, pirotecnia y una machacante banda de sonido a cargo de Marco Beltrami, al menos hay unos cuantos auto-homenajes (un pájaro que recuerda a las palomas, Godlock y el detective Vassellque encarna el rapero Kid Cudi apuntándose con sus respectivas armas) y un puñado de escenas a pura tensión que nos permiten recordar con una sonrisa aquellos buenos (mejores) tiempos del cine de John Woo.
Diego Batlle.
En el Monumental, Hoyts y Showcase.
“La maldición del Queen Mary”

Inspirada en la legendaria maldición del transatlántico Queen Mary, uno de los lugares más embrujados de este planeta. Un filme de terror sobrenatural donde una familia comienza a darse cuenta de los secretos que esconde el suntuoso transatlántico. Su ostentoso legado enmascara aterradoras historias que Erin y Patrick descubrirán y tendrán que usar a su favor para intentar salir con vida del navío.
En los cuatro complejos.
“Chau Buenos Aires”

Chau Buenos Aires se plantea hoy, en medio de una nueva coyuntura económica, como una película oportuna. Ambientado en el turbulento final del gobierno de Fernando de la Rúa, con una parte de la población enardecida con las restricciones compulsivas del “corralito”. el film cuenta la historia de Julio Färber (Diego Cremonesi), bandoneonista de “Vecinos de Pompeya”, un quinteto de tango de barrio que sobrevive como puede en una época difícil pero en la que el género también estaba moldeando un renacimiento, de la mano de agrupaciones como El Arranque y la Orquesta Típica Fernández Fierro.
El telón de fondo de la historia es el de un país que se desintegra. Con cada una de sus desventuras, el personaje de Cremonesi simboliza las zozobras de muchos argentinos en aquel contexto. Le pesan también una crisis familiar y los enigmas sobre un futuro en el exterior que es más una escapatoria irreflexiva que un deseo.
La película celebra la amistad masculina, se regodea en la nostalgia, es más sensiblera que melancólica y tiene un aire -por las situaciones, el estilo de interpretación que demanda el carácter del guion, la musicalización, la mirada sobre la ciudad- al cine argentino más convencional de los años 80. Cuenta con un elenco solvente -Manuel Vicente, Rafael Spregelburd, Carlos Portaluppi, Mario Alarcón-, pero limitado a un plan más bien esquemático.
Introduce un personaje femenino, el que encarna con su encanto habitual Marina Bellati, para colorear el argumento con una subtrama de amor platónico que también reproduce el melodrama tan adherido al temperamento del discurso tanguero. Mariela también está en problemas: maneja un taxi, es una mujer sola en un oficio monopolizado por los hombres y mantiene a su único hijo con la abnegación propia de una madre idealizada, uno de los estereotipos a los que Chau Buenos Aires se entrega en muchos de los tópicos que aborda: las segundas oportunidades, la vaguedad en el diagnóstico sobre el funcionamiento de la política -una vez más reducida a mero campo de acción de una logia de corruptos-, la excepcionalidad de un país al que solo parece faltarle un poco de buena fortuna.
No hay una mirada profunda ni alguna idea nueva sobre ese trasfondo que aparece tan remarcado en la película con la intrusión intermitente de imágenes de archivo y el agregado de una tragedia individual bastante anunciada que solo incorpora un matiz efectista. Y esas falencias quizás se hagan más evidentes en un momento de intenso debate político en la Argentina.
Alejandro Lingenti.
Showcase y Hoyts.
“Carteira Assinada”

El documental Carteira Assinada, dirigido por Pietro Picolomini, se estrena mañana en Rosario, con una función en El Cairo Cine Público (Santa Fe 1120), a las 20:30, con entrada gratuita. El documental fue grabado en 2022 en el centro de San Pablo (Brasil), y su propuesta es registrar el encuentro entre el equipo de grabación y miles de personas que buscan un empleo en una fila multitudinaria. A través de sus registros laborales los personajes nos revelan historias de sus vidas, sus conquistas, rencores, alegrías, decepciones y sueños.
La realización nace de la pregunta ¿qué representa el trabajo en nuestras vidas?, en un contexto de creciente precarización. El documental es una coproducción Argentina/Brasil con sede en Rosario, y empezó a ser gestado en 2020, con producción de Emilio Elisio y Glenda Nóbile. La producción en Brasil está a cargo de Cosmo Roncon Jr, quien también firma la dirección de fotografía.
El director, Pietro Picolomini, es Magíster en Antropología Social por la UFSCar, Brasil. Productor y coguionista de “Pájaros Negros” (Serie INCAA 2015); productor y coguionista de “Abaddon”, (Mejor Corto Nacional Buenos Aires Rojo Sangre Film Festival 2019); realizador del documental “Variante” (DocLisboa 2010); productor de “Dayane e Zé Firo” (Mejor Animación 16º Festival de Cine Latinoamericano de Rosario).
En 2021 el proyecto fue premiado en el Concurso Federal de Desarrollo de Proyectos Documentales Inéditos – INCAA, y participó del ODS Lab Construir Cine (Argentina), PULSAR Santa Fe, Frontera Sur Lab (Chile), con tutoría de Marta Andreu (España) y Gustavo Fontán (Argentina).
La propuesta también fue contemplada en el Plan Fomento del Ministerio de Cultura de Santa Fe (Ventanilla Continua), en las categorías producción y circulación. En 2023 la producción fue seleccionada para recibir el Recurso Puente, de la municipalidad de Rosario, y también fue declarada de interés por el INCAA en Vía Digital, categoría postproducción. La película se estrenó en octubre en el marco del Festival Internacional de Cine Documental de Buenos Aires (FIDBA), en la Muestra Competitiva Argentina.
Página 12.
En El Cairo.
Fuente: Página 12, Otros Cines, La Nación.
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